“Nido es el lugar en el que algunos animales alimentan y duermen a la cría. Nido llaman los italianos al jardín maternal. Nido son estos poemas y canciones para arrullar a los niños de Latinoamérica. Un viaje al corazón de la infancia, sus arrullos, entre los que encontré nanas con las que me acunaron, otras con las que acuné a mis hijas, otras que incluí en mis libros y otras que acabo de descubrir para mi nieta”. Así se refiere la escritora María Teresa Andruetto a este libro exquisito, desde su contratapa. Que es también es un disco, en el que estas Nanas, cantos y arrullos de América Latina suenan en la música que les pusieron Teresa Usandivaras y Pablo Spiller, con voces de niños y hasta de Laura Devetach, toda una referente. Junto a todos ellos presentaron el lunes en la Feria del Libro estos Nidos que arrullan Cintia Roberts, quien realizó la selección de los versos, Laura Varsky, quien los ilustró, y Paula Fernández, quien los editó desde Ojoreja.       

Dividido en “Nanas y canciones de cuna”, en las que suena “el arrullo como un encantamiento”; “Versos y cantos” que van marcando los distintos rituales cotidianos (darle la bienvenida al sol, o a la lluvia, el momento del baño, de comer, del juego), el recorrido abre un viaje a la propia infancia, a las infancias más remotas y a las actuales, en los que vuelven los versos de siempre, con todo lo que traen consigo como herencia sensible. Así también, contó la editora durante la presentación, la intención fue que este libro pasara de mano en mano, de generación en generación, en las familias, como herencia y regalo. “Queremos que sea un libro legado. Y cada detalle está pensado para que tenga ese valor”, expresó Fernández. En el mismo sentido, explicaron también, buscaron que las canciones (que pueden escucharse en el CD que acompaña al libro, y también escaneando un código QR que viene con el libro) tuvieran todas las voces, todos los timbres: las de niños y niñas, padres y madres, y abuelas, sintetizadas en la voz y el canto de Devetach. 

Algunas de esas canciones sonaron en la presentación, a cargo de Usandivaras, Spiller y el percusionista Esteban Samella. “Pimpón es un muñeco”, “Drume negrita”, con toda su carga afrocubana, o “¡Arriba Juan!”, aunque en una versión políticamente correcta: en lugar de tentarlo con que pasan los soldados, a Juan ahora le compran un helado. Mientras tanto, la especialista en primera infancia María Emilia López repasó la historia y el poder de las canciones de cuna, partiendo de la investigación que hizo Federico García Lorca sobre las nanas de España, y pasando por la definición de “mecedoras orales” que les dedicó Gabriela Mistral.   

“Fuimos acunados con versos y nanas, abrigados con un manto de palabras. Cantando, comenzamos a jugar. Este libro recorre canciones ancestrales que nos acompañan en la crianza de nuestros pequeños, desde que están en la panza hasta que dan sus primeros pasos; es una invitación a reencontrar en nosotros los ecos de esas voces conmovedoras y a seguir tendiendo lazos entre generaciones”, explica Roberts en el libro. En la presentación agregó que el libro nació del disfrute de lo que vivió en su Reconquista natal, “donde la música te acompaña todos los días”. “Y también apareció con el nacimiento de mi primer hijo, que nació con un diagnóstico. Y yo, que estaba llena de palabras, temí no encontrar cómo comunicarme con ese bebé que llegaba así a mi vida. Lo primero que hice cuando lo tuve en brazos, fue lo que hacen las mujeres desde tiempos inmemoriales: cantarle. Y así establecí el vínculo más intenso y más profundo. Este libro nació del sueño de acunar a mis hijos teniendo también un libro en los brazos”, recordó.     

La presentación terminó con “una que sabemos todos”. El “Arrorró mi niño”, claro.