“No vamos a pedirle préstamos al FMI”, dijo el presidente Mauricio Macri en una entrevista televisiva en marzo de 2016. Exactamente lo opuesto, es decir, anunciar el comienzo de una negociación que derivará en un crédito de unos 30 mil millones de dólares con el Fondo, planteó ayer Macri en un mensaje televisivo dirigido hacia el mercado financiero, que comenzó a darle la espalda a la administración de Cambiemos. A su turno, Nicolás Dujovne, actual ministro de Hacienda, dijo antes de asumir como funcionario que el acuerdo con los fondos buitre era el camino del Gobierno para no volver al Fondo Monetario. “El FMI sólo puede pedirle medidas a los países que tienen un programa de financiamiento y ahí empieza a marcar la cancha. Nosotros no tenemos programa con el FMI ni vamos a tener”, afirmó Dujovne como ministro. En cambio, ayer dio detalles del próximo acuerdo con el organismo y planteó que el FMI “no es el de antes” en relación a los condicionamientos.

Una vez más, el gobierno de Cambiemos se contradice entre lo promete y lo que hace. Tal como sucedió con la promesa de no quitar subsidios o de que la devaluación no impactaría en los precios. O como cuando Macri prometió que no quitaría el Futbol para Todos o que no habría despidos en el Estado. O la contradicción entre las promesas de Macri de que “la inflación no va a ser un problema durante mi gobierno” y la actual marcha de los precios, que supera en intensidad a la registrada al final del kirchnerismo. El punto central de la vuelta al Fondo, sin embargo, no es la contradicción en el discurso oficial sino el hecho de que esta jugada política deja al descubierto la fragilidad del modelo económico de Cambiemos.

“No volvamos al Fondo”, decía el cartelito que sostenía Nicolás Dujovne en marzo de 2016 en una entrevista al canal TN, antes de que fuera designado ministro de Hacienda. En esa oportunidad, Dujovne presentaba esa frase como una burla a la oposición al macrismo, que planteaba con motivo del arreglo con los fondos buitre que el Gobierno se acercaba también al Fondo. “Hay una campaña extrañísima organizada por el ex oficialismo donde asocia el arreglo con los holdouts con volver al Fondo. Justamente es casi casi una propuesta contrapuesta, es salir del default, poder financiarse en los mercados internacionales, para no tener que ir al Fondo. El arreglo con los holdouts es el camino para no ir al Fondo”, explicaba Dujovne.

Más adelante en esa entrevista, Dujovne señaló que “el FMI quiere poner condicionamientos que la Argentina no va a querer tomar. Yo creo que tendría lógica ir al Fondo, pero entiendo los condicionamientos políticos. La tasa que te cobra el Fondo es más barata, a cambio te pide programas de monitoreo que no serían tan distintos a las políticas que va a aplicar la Argentina pero tiene un costo político. El Gobierno ya está asumiendo costos políticos y es lógico que no quiera sumar otros”.

Dujovne realizó esas declaraciones con motivo del tratamiento en el Congreso del proyecto de ley del oficialismo que concretó el pago a los fondos buitre. En esa coyuntura, el propio presidente Mauricio Macri aseguró en una entrevista televisiva que Argentina no volvería al Fondo.

El 10 de marzo de 2017, el diario Ambito Financiero publicó una entrevista a Dujovne. “Con el FMI estamos contentos de volver a tener una relación madura. Antes éramos socios de un club que decía prohibido entrar a la cancha sin remera y entrábamos sin remera. Era la posición del gobierno anterior. Si les resultaba tan molesto formar parte de ese club, ¿por qué no se retiraban? Ahora Argentina simplemente acepta las normas y tiene una revisión bajo el artículo IV. Nuestra política económica es autónoma. El FMI puede decir lo que se le ocurre y nosotros hacemos lo que tenemos ganas. El FMI sólo puede pedirles medidas a los países cuando tienen un programa en el que presta y ahí empieza a marcar la cancha. Nosotros no tenemos programa con el FMI ni vamos a tener. Ahora el Fondo es un buen ámbito de discusión. No es el que vimos en el pasado”, dijo el ministro.