Por primera vez desde que se discuten en el Congreso Nacional los proyectos de ley para despenalizar el aborto, una cancha de fútbol de la división de elite de la AFA exhibió en una gran bandera el reclamo por el acceso al aborto legal, seguro y gratuito. Fue en la de Gimnasia y Esgrima La Plata, en la brumosa noche del miércoles en la que Boca Juniors se alzó con el título de la Superliga. Colgado sobre la tribuna que da a la avenida 60, el “trapo” no pasó desapercibido y volvió a poner de manifiesto de qué manera las cuestiones que se debaten en el seno de la sociedad encuentran en el mundo del fútbol un canal efectivo para visibilizarse.

Gabriela Chaparro, integrante del Frente de Mujeres para la Victoria en Unidad Ciudadana platense y una de las coordinadoras de la intervención, la justificó al señalar que “quisimos interpelar a la sociedad desde el escenario del fútbol, del que también participamos activamente las mujeres. Generamos una gran repercusión y conseguimos amplificar el debate ayudando a visibilizar la campaña”.

Días atrás, y también en La Plata, el mismo colectivo de mujeres realizó otra singular intervención en el espacio público al colocar el pañuelo verde –símbolo de la campaña a favor de la despenalización– en 70 esculturas y monumentos de la ciudad, entre ellos, el recientemente inaugurado en homenaje a Raúl Alfonsín.

“Nos damos momentos para analizar las demandas del colectivo de mujeres, y en una reunión de nuestro espacio hay fanáticas ‘triperas’ que sugirieron la intervención basándose en que Gimnasia es pueblo”, ese mismo pueblo que expresa “la necesidad de garantizar el acceso a una práctica que afecta especialmente a las mujeres de bajos recursos”, detalló Chaparro.

Celeste González es una de ellas. Militante política y de las cuestiones de género, explicó que “Gimnasia no sólo tiene la mejor hinchada en aliento al equipo: tiene conciencia social y por eso está en todos lados, con socios e hinchas organizados para salir a los barrios, para acordarse de los 30 mil compañeros que aún nos faltan, pidiendo por Santiago, por la aparición de Johana Ramallo, por las víctimas de Cromañón y por nuestros héroes de Malvinas”.

“Por eso nos pareció que la nuestra debía ser la primera hinchada en gritar educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir”, enfatizó la activista. Al igual que ella, en la pegajosa noche del bosque platense muchas otras hinchas de Gimnasia se agruparon en la tribuna luciendo sus pañuelos verdes.

Celeste no se olvidó de rescatar “el apoyo de los varones triperos que bancan esta lucha y nos dieron una mano para llevar adelante la movida”. Albano Scaravilli, uno de los que ayudó a colgar la bandera en los más alto de la tribuna, dijo que se sumó gustoso porque “Gimnasia siempre está a favor de las causas sociales”, y evocó las palabras de un ilustre gimnasista, René Favaloro, al repetir que “los ricos defienden el aborto ilegal para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza. Estoy harto de que se me mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto”.

Días atrás, y al intervenir en el debate que se lleva adelante en la Cámara de Diputados de la Nación, Mónica Santino, quien es entrenadora y referente del colectivo “La nuestra” de fútbol femenino en la Villa 31, prologó su participación afirmando que la hacía para “hablar de fútbol, de aborto y de deseo”.

“Lo que las chicas lograron con la conquista de la cancha, el espacio público más importante del barrio, es empoderarse. Cuando hablo del fútbol hablo del derecho a jugar y del derecho de hacer con nuestro cuerpo lo que queramos. Toda la vida nos han dicho a qué podíamos jugar y a qué no. Cuando las pibas toman esta conciencia y se paran sobre ese derecho, empezaron a verse como futbolistas pero también como mujeres en ejercicio de sus derechos. De eso se trata este debate: de cuestiones culturales, de problemática social, de acceso a la salud. Queremos la maternidad que deseamos, así como deseamos jugar a la pelota”.

Chaparro destacó el contundente avance del colectivo de mujeres “desde los primeros encuentros nacionales hasta estos tiempos en los que se han agravado las situaciones de violencia contra las mujeres y han recrudecido las políticas de ajuste del gobierno”.

“Sería fantástico que en algún momento los jugadores entren al campo de juego con una bandera como la nuestra, y por eso los invitamos a sumarse a la campaña”, propuso Chaparro.

Club con fuerte arraigo popular en la capital bonaerense, en Gimnasia es un clásico que la banda de trompetas y percusión que se ubica en el centro de la hinchada interprete el himno nacional al inicio de los segundos tiempos de cada partido. La práctica se inició tras la frustrante participación del seleccionado nacional durante el Mundial de 2002 en Corea y Japón, en la que el ídolo del club rival de la ciudad, Juan Sebastián Verón –por entonces jugador de la liga inglesa–, no “habría puesto lo que hay que poner” según la óptica de los fanáticos triperos. En el partido contra Boca del miércoles último, buena parte del estadio también coreó el “hit del verano”.