Juan Cruz tiene 15 años y muchas ganas de vivir mejor. Cada mañana, se levanta temprano para cursar la secundaria en la Escuela Naval, juega al vóley y tiene cantidad amigos. Hasta ahí, parece tener la vida de otros adolescentes, pero hay cosas que no puede hacer. Hace un año y medio perdió una pierna, cuando una camioneta de la policía los arrolló a él y a su tía de 39 años, mientras tomaban mate en la vereda de 1° de Mayo y Ameghino. Los policías perseguían a un vehículo cuando chocaron y perdieron el control del móvil. La mujer murió. Si bien hay muchas cosas que le cuestan a Juan Cruz, lo más difícil es vivir, con su mamá y su hermano de 7 años, "de prestado" en un departamento del séptimo piso al que muchas veces no puede siquiera subir. En diciembre, dos cortes de luz hicieron que no pueda regresar de la escuela a su casa, y tuvo que pasar el día en la vereda. "Desarrollo Social nos prometió una vivienda para abril, pero aún no nos llamaron. Yo tuve que dejar de trabajar, mi hijo está casi encerrado y ese policía de vacaciones", reprochó Mariana Díaz. Desde la provincia, respondieron que en poco tiempo podrán darles la casa. Tras el siniestro, Juan Cruz estuvo 20 días internado. Incluso, pasó las fiestas de fin de año en el hospital. Hoy lleva un tatuaje con el que recuerda a su tía como su "ángel eterno". En mayo de 2017 comenzaron a hacer su prótesis, e inició la rehabilitación para poder volver a caminar, pero todavía se maneja con muletas. 

Antes de aquel 16 de diciembre de 2016, Mariana se levantaba temprano para ir a cumplir entre 8 y 12 horas como personal de seguridad en un supermercado. Con lo que ganaba, les daba de comer a sus hijos y pagaba un alquiler. Yanina ‑hermana del papá de Juan Cruz‑ los cuidaba, hasta que el siniestro terminó con su vida. Hoy, a sus 35 años, Mariana se sigue levantando a las 6 para atender a sus hijos, y ayudar a Juan Cruz, que por estos días tiene la prótesis rota. Todas las mañanas llama un remis para que traslade a su hijo a la escuela. "Por ahora, la provincia se hace cargo de los traslados que él necesita", saludó la mujer; aunque planteó dudas sobre si se mantendrá el subsidio que cobra. "Son 5 mil pesos, pero algo ayuda, sumado a la Asignación Universal por Hijo (AUH)", dijo.

Después de un año y medio, Mariana está desesperada: "Ahora estamos viviendo en un departamento que me presta mi tía. Es un séptimo piso, y se complica. En diciembre, Juan Cruz pasó un día en la vereda porque se cortó la luz y no podía subir por la escalera. A las once de la noche tuve que terminar haciéndolo subir porque no volvía más el servicio. Después de eso, le comenté esta situación a la gente de Fiscalía de Estado para que se le consiga una casa, ya que había muchos cortes en esa zona y no fue la única vez que quedó abajo. Es desesperante, para una madre, verlo que no puede volver a su casa", lamentó.

Desde el primer momento, la provincia consideró que el planteo era atendible. "Me dijeron que tenía que esperar tres o cuatro meses, que se cumplieron en abril, pero todavía estoy a la espera porque no hay respuestas", dijo la mujer que aún no sabe qué zona será, pero asegura: "No me importa dónde sea, me importa que se trate de un lugar adaptado para que mi hijo pueda vivir bien", indicó.

La desesperación lleva a Mariana a hacer todos los llamados necesarios, pero en los últimos días no encontró una solución. "Llamé por teléfono, pero no tengo respuestas todavía. Incluso este mes no me pagaron la ayuda y a Juan Cruz se le rompió la prótesis", lamentó.

Al mismo tiempo, habló de la personalidad de su hijo. "Es muy raro que él salga, por ahí se va a comer a la casa de los amigos, pero es muy raro que salga a un boliche. De vez en cuando va a algún cumpleaños. Es un chico muy fuerte y si está mal no lo demuestra aunque una como madre se dé cuenta. Pero él sigue y sigue", contó a este diario.

Según indicó el abogado querellante de la familia, Salvador Vera, en la causa hay un policía imputado por homicidio culposo ‑sin intención‑; pero "no está preso", se quejó Mariana, quien reclamó: "Que pague como tiene que pagar, porque él está como de vacaciones y a mi hijo lo privaron de un montón de cosas".

Anahí Schibelbein, directora provincial de Atención a las Víctimas, recordó: "Desde el momento del siniestro, empezamos a asistir a la familia en dos cuestiones: por un lado, un mensual para que puedan solventar los gastos de Juan Cruz ‑negó que se lo vayan a quitar‑; y por otro lado, la movilidad, porque él es un chico con muchas actividades y al adquirir una discapacidad, necesitaba un traslado. Es mucha la fuerza que tiene Juan Cruz, es un chico impresionante, que nunca se victimizó, cuando por su edad podría ser una cuestión muy complicada", destacó la funcionaria.

Al mismo tiempo, indicó que está en gestión el tema de la vivienda. "Hay cuestiones que llevan más complicaciones que otras, pero estamos trabajando con el Servicio Público de la Vivienda porque ellos construyen casas con adaptación y las terminadas ya estaban destinadas a personas que se inscribieron antes. Lamentablemente, se fue dilatando todo, pero ya que se le va a dar una casa para toda la vida, tiene que tener todas las necesidades", dijo. "Queremos que tenga una mejor calidad de vida en su casa; la intención es la de buscar la mejor opción y la idea es que sea este mismo año", prometió.