Donald Trump avanzó con su agresiva retórica con los inmigrantes indocumentados. El mandatario norteamericano dijo estar sacando del país a personas que son tan malas que son animales. “No pueden imaginar lo malas que son estas personas. No son personas, son animales. Y estamos sacándolas del país en un nivel nunca visto antes”, dijo el líder republicano el miércoles en una mesa redonda sobre inmigración en la Casa Blanca. 

Luego de las críticas que le llovieron, el presidente aseguró que se estaba refiriendo a los pandilleros de la Mara Salvatrucha, conocida como MS-13 en Estados Unidos. “Cuando entra el MS-13, cuando llegan a nuestro país otros pandilleros, me refiero a ellos como animales. ¿Y saben qué? Siempre lo haré”, manifestó, respondiendo a una pregunta de la prensa durante su encuentro con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Medios estadounidenses influyentes como The New York Times o The Washington Post, pero también políticos demócratas y organizaciones civiles, entendieron el miércoles que el calificativo de “animales” iba dirigido hacia todos los indocumentados. “Es el último ejemplo del presidente usando su púlpito de matón de una forma que garantiza que la inmigración será uno de los temas más importantes de las elecciones legislativas de medio término”, aseguró el Washington Post. 

“Si los medios y los progresistas quieren defender al MS-13, que lo hagan. Francamente, no creo que el término usado por el presidente fuera los suficientemente fuerte”, manifestó ayer la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Y Kellyanne Conway, una de las asesoras más conocidas de Trump, dijo por su parte que quienes se apresuraron a juzgar al mandatario le debían una disculpa.

Las palabras de Trump en la mesa redonda en la Casa Blanca recordaron a algunos a las que pronunció hace tres años al lanzar su carrera hacia la presidencia, cuando llamó narcotraficantes y violadores a los inmigrantes mexicanos. 

En las filas del Partido Demócrata hubo también censura. “Cuando los tatarabuelos de todos nosotros llegaron a Estados Unidos, no eran ‘animales’, y esta gente tampoco lo es”, le espetó en un tuit su líder en el Senado, Chuck Schumer. Su compañera Catherine Cortez Masto inquirió, por su parte, al presidente: “¿Hablaría así de sus ancestros? Cuando usted ataca a los inmigrantes, me está atacando a mí. Está atacando a mi abuelo, que cruzó el Río Grande para perseguir el Sueño Americano”.

Pero fue Pete Souza, el fotógrafo oficial de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama, quien hizo la crítica más original. Souza colgó en su cuenta de Instagram una foto de dos cebras con la siguiente frase: “Estimado señor: estos son animales”. No escribió ningún nombre, pero nadie dudó de a quién se dirigía.

No es la primera vez que Trump hace uso de la imagen de los inmigrantes como animales. En abril generó polémica con un tuit criticado por incluir un concepto, “breeding”, de connotaciones racistas. Se traduce como cría o reproducción y se usa para animales, no para personas. Es un concepto del nativismo, una corriente de virulenta oposición a la presencia de inmigrantes. En aquel tuit, Trump arremetió contra California por las leyes que allí prohíben a las autoridades locales colaborar con las federales en la deportación de indocumentados.

En enero, su retórica agresiva con la inmigración desató otra gran polémica cuando calificó de “agujeros de mierda” a Haití, El Salvador y los países africanos de los que llegan inmigrantes a Estados Unidos.