La mandamás del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, confirmó ayer qué tipo de préstamo solicita Argentina: “Un acuerdo stand-by de acceso excepcional que sustentaría su programa económico”, explicó al finalizar una reunión con los directores del FMI. El mecanismo de financiamiento requerido habilitaría un préstamo por más de 19.700 millones de dólares que es el límite previsto para un stand-by tradicional. El camino elegido por el gobierno de Mauricio Macri no solo viene acompañado por las habituales condicionalidades y reformas estructurales del FMI sino que además demandará un “análisis más riguroso por parte del Directorio del Fondo”. 

Después de la fallida intervención durante la crisis griega, el organismo encabezado por Lagarde modificó los criterios que deben cumplir los países para acceder a un “stand-by excepcional”. Los cambios aprobados en enero de 2016 establecieron cuatro criterios que son evaluados por los directivos del organismo antes de habilitar ese tipo de créditos: la existencia de tensiones en el sector externo, la sustentabilidad de la deuda, el acceso a los mercados y la capacidad política de los gobiernos para llevar adelante el programa de ajuste previsto. El Fondo demanda que las políticas y reformas propuestas por el país “ofrezcan un prospecto razonablemente elevado de éxito, incluyendo no solo el plan de ajuste sino también una capacidad política e institucional para llevar adelante ese ajuste”. 

El encuentro encabezado ayer por Lagarde en Washington habilitó las negociaciones formales entre al staff del FMI y los funcionarios de los ministerios de Hacienda y Finanzas. Condicionalidades y pormenores comenzarán a discutirse en los próximos días pero la Directora Gerente del Fondo enfatizó que “se trata del programa económico de Argentina integralmente concebido por el presidente Macri y su gobierno”. La pretensión es lograr un acuerdo en el menor plazo posible. 

De acuerdo a Lagarde, “desde que el gobierno del presidente Macri entró en funciones, Argentina ha estado dedicada a una transformación fundamental y positiva de la economía”. En ese sentido, la jefa del Fondo consideró que “aunque muchas políticas han procedido con rapidez, el gobierno también ha sido consciente de la necesidad de forjar y mantener el consenso social al calibrar el ritmo del programa de reforma, incluido el ajuste fiscal. Había una comprensión clara de que ese enfoque acarreaba ciertas vulnerabilidades”.

Por eso además de reiterar su apoyo a Macri, la abogada francesa remarcó que Argentina buscará “el restablecimiento de la confianza de los mercados a través de un programa macroeconómico claro que reduzca las necesidades de financiamiento y encauce la deuda pública por una firme trayectoria descendiente”. O sea, un ajuste fiscal que garantice las condiciones de repago para los acreedores externos. Con esa finalidad se establecieron, por ejemplo, “límites al nivel de déficit federal” como compromiso frente a los préstamos de 1967, 1968, 1976, 1977, 1983, 1989, 1991, 1992, 1996, 2000, 2001 y 2002. También se incluyeron distintas “reformas estructurales” que apuntaban a reducir la carga del Estado en la economía. 

En una entrevista realizada con La Nación, el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, ofreció algunas precisiones sobre cómo pretende utilizar el gobierno los fondos y reiteró la decisión de profundizar el ajuste fiscal. “El desembolso no depende de la Argentina, porque una vez que se acuerda el monto los fondos están disponibles. Una parte puede estar al comienzo, otra de manera escalonada, y si no se necesitan, no se usan”, explicó Dujovne. 

“Nosotros ya habíamos tomado la decisión de ir más rápido hacia la convergencia fiscal”, consideró el funcionario al señalar que “los programas stand-by tienen metas cuantitativas en lo fiscal, pero no tenemos problemas con eso, porque ya tenemos metas trimestrales en nuestro plan y estamos sobre cumpliéndolas. La Argentina va al Fondo con total propiedad sobre el programa que lleva a la mesa”, sostuvo el ministro que encabeza las negociaciones al referirse al recorte del gasto previsto. El último dato fiscal mostró cuáles son los dos sectores que lideran el ajuste: las jubilaciones y la obra pública. 

El FMI comparte además la evaluación del gobierno sobre las causas de la crisis externas e imponderables: “Argentina está enfrentando una volatilidad financiera significativa, en parte debido a la constricción de las condiciones financieras internacionales y también tras la sequía que dañó la producción agrícola nacional”, expresó Lagarde ayer desde la sede del Fondo.  

@tomaslukin