Desde Cannes

Por quinta vez en su historia, el cine japonés se alzó con el premio mayor del Festival de Cannes: Un asunto de familia, de Kore-edaHirokazu, ganó la Palma de Oro, el galardón más importante del cine mundial. De esta manera, Kore-edase suma a una ilustre tradición con nombres de la talla de TeinosukeKinugasa (con La puerta del infierno, 1954), ShoheiImamura (doblemente premiado, primero con La balada de Narayama en 1983 y luego con La anguila, en 1997) y el gran Akira Kurosawa (con Kagemusha, 1980). Tal como había señalado PáginaI12, el film de Kore-eda se plantó desde los primeros días uno de los más sólidos de una competencia internacional de alto nivel, donde había varios candidatos con posibilidades para la Palm d’Or. 

Habitué de Cannes, donde participó varias veces tanto de la competencia mayor como de la sección oficial Una cierta mirada, Kore-eda ya había ganado en 2013 el Premio del Jurado por De tal padre, tal hijo, estrenada un año después en Buenos Aires. Su nueva película  –titulada Shoplifters en su versión internacional– es de un auténtico humanismo que no precisa de la extorsión sentimental para dar cuenta de la vida de un grupo familiar muy particular, integrado por miembros que no necesariamente comparten lazos de sangre. Son integrantes de la clase trabajadora, pero que para sobrevivir en la ferozmente competitiva sociedad japonesa de hoy deben recurrir al robo de alimentos y productos de limpieza en los supermercados, tarea que llevan a cabo los más pequeños de la familia. 

En un hecho excepcional en la historia del festival, el jurado pidió autorización (y le fue concedida) para otorgar una Palma de Oro especial, que fue para Le livred’image, el bello objeto poético de reflexión política de Jean-Luc Godard, a quien la presidente del jurado, la actriz Cate Blanchett, definió como el director “que definió y sigue redefiniendo al cine”. Por su parte, BlacKkKlansman (EE.UU.), de Spike Lee, ganó el Gran Premio del Jurado, que recompensa el mejor film del director afroamericano en un cuarto de siglo y que puede ser entendido como una declaración de guerra a Donald Trump, a quien acusa de haber llevado a la Casa Blanca el proyecto político del KuKluxKlan. A su vez, el Premio del Jurado fue para Capharnaüm, de la libanesa Nadine Labaki, una de las tres directoras mujeres en competencia, junto a la italiana Alice Rohrwacher, que ganó a su vez el premio al mejor guion por la estupenda Lazzarofelice, compartido nada menos que con Jafar Panahi por Tres rostros. 

En nombre de las mujeres, habló mejor que nadie la actriz y directora italiana Asia Argento, cuando tuvo que presentar el premio a la mejor actriz, que recayó en la excelente Samal Yeslyamova por Ayka, del kazajo Sergei Dvortsevoy. “En 1997, yo fui violada por Harvey Weinstein, aquí en Cannes”, dijo mientras se hizo un silencio sepulcral en la sala. “Y me prometí que alguna vez ya nunca más sería bienvenido acá”, señaló quien fuera una de las primeras en denunciarlo. Y aseguró: “Hoy entre ustedes, hay personas que han tenido una actitud indigna hacia las mujeres. Sabemos quiénes son y no vamos a permitir que vivan en la impunidad”.

Por su parte, el cine argentino tuvo una importante presencia en el concurso oficial Una cierta mirada con dos títulos fuertes: El  Angel, de Luis Ortega, y Muere, monstruo muere, de Alejandro Fadel. Mientras tanto, en la sección paralela Quincena de los Realizadores participó El motoarrebatador, segundo largometraje del tucumano Agustín Toscano, pero el premio principal fue para Clímax, producción francesa del argentino radicado en París Gaspar Noé, el controvertido director de Sólo contra todos e Irreversible. Por su parte, en otra sección paralela, Cannes Écrans Juniors, dedicada a films de temática juvenil, el Grand Prix fue para una película argentina, Mi mejor amigo, opera prima de Martin Deus, sobre el romance gay de dos adolescentes, interpretados por Angelo Mutti Spinetta y Lautaro Rodríguez.