El nombre del disco refleja el carisma de las canciones: son cortas, pero tienen euforia y oscuridad”, sintetiza Pablo Kemper, guitarrista y cantante de Las Ligas Menores, sobre el segundo EP del quinteto de Caballito. Fuego artificial, publicado este año por Discos Laptra, asciende de categoría en materia de composición, apuesta estética y calidad sonora. “Las canciones llegaron más crudas a la grabación, pero eso nos permitió experimentar mucho más”, dice María “Luli” Zamtlejfer, bajista y vocalista. “El desarrollo de la banda fue a la par de los shows: desde nuestra forma de ejecutar hasta nuestros conocimientos de grabación o los recursos para poder generar canciones”, lanza Luli. Su testimonio es clave, además, porque grafica el trayecto que atraviesan muchos artistas de su generación.

Producido por Tom Quintans (Bestia Bebé) y Lucas Rosetto, Fuego artificial continúa la búsqueda de una canción simple, transparente y directa. “Hay algo muy honesto en la expresión de los sentimientos a través de las canciones”, dice la tecladista Nina Carrara sobre las poéticas amorosas, íntimas y existenciales. Son trece canciones motorizadas por las guitarras vibrantes de Anabella Cartolano y Pablo, los teclados de Nina, el bajo a tono de Luli y el pulso frenético de la baterista, Micaela García. “En este disco, el sonido es más parecido a lo que pasa en vivo, algo más fuerte”, dice Anabella, una de las principales compositoras.

Hoy no nos representa el lo-fi, sino lo minimalista y la independencia. Sonar mal tiene más que ver con una escasez de recursos”, entiende Luli en referencia al EP debut, El disco suplente (2012). “El lo-fi es un reflejo de algo muy crudo e inmediato, pero no es un valor en sí; el valor es que te animes a hacerlo igual. Si la canción es buena, no importa si la grabás en un estudio millonario o uno casero.” En este caso, la primera que dieron a conocer, el simple Ni una canción, fue grabada en Romaphonic, pero las demás fueron registradas en Resto del Mundo, un estudio más casero.

En la música de las Ligas hay links directos a bandas estadounidenses de rock alternativo como Pavement, Weezer y Galaxie 500, y a locales como El mató a un policía motorizado o 107 Faunos, con quienes comparten sello. Integrar las filas de Laptra les abrió varias puertas, pero a la vez los empujó a estar a la altura de las circunstancias. “Al principio la gente te va a escuchar porque sos de Laptra, pero después hay que afirmarse en ese universo”, reconoce Pablo. “Es una contención y un orgullo estar en el sello”, coinciden. “Laptra tiene un montón de bandas con cualidades muy distintas entre sí: lo que nos hermana es la manera de hacer las cosas más que el estilo musical”, analiza Luli, y da el puntapié para abrir la discusión acerca del concepto “indie” y sus limitaciones a la hora de las definiciones.

Anabella: Un poco nos hartó el término “indie”. Sale algo nuevo y le dicen “indie”. ¿A qué se refieren con “indie”? Te encasillan en algo que capaz no estás de acuerdo. Siempre te van a encasillar, aunque te pregunten qué genero hacés. Creo que a nosotros nos encasillaron en indie porque veníamos del sello de Laptra y ya se decía que El Mató y 107 Faunos eran indie.

Luli: Hay una estética que uno asocia con el indie de Pavement o de ciertas bandas, y es verdad que tenemos guiños a eso. Pero al mismo tiempo muchos dicen que somos súper pop o que hacemos punk. En realidad, no estás diciendo nada con “indie”.

Pablo: Surgen bandas más referenciadas en Fito, Charly y el rock clásico argentino y también se las llama indie solo porque son nuevas.

* Viernes 25 de mayo a las 20 en Niceto Club, Niceto Vega 5510, junto a Boedo y Antolín.