A raíz de la corrida cambiaria y de la notoria caída en la imagen de Mauricio Macri, se empezó a especular con que el Presidente no sea el candidato de Cambiemos en 2019 y que ocupen la candidatura presidencial o bien María Eugenia Vidal u Horacio Rodríguez Larreta. La mayoría de los consultores en campañas electorales sostienen, en primer lugar, que Macri tenía chances de ganar incluso en primera vuelta y que ahora la lógica es que haya un ballotage. En segundo lugar, que todavía puede remontar la crisis por la que atraviesa. Y, por último, que la caída del Presidente arrastra a las otras figuras de Cambiemos, de manera que no parece factible, al menos por ahora, el llamado Plan B. 

¿Alternativa?

“No visualizo en el espacio Cambiemos la pretensión de Vidal ni de Larreta de ser los candidatos presidenciales 2019”, evalúa Federico Aurelio, titular de Aresco. “Hasta ahora todas las señales públicas y privadas que dieron es que están alineados y en sintonía con la candidatura de Macri. Por más que Larreta y Vidal no tienen el desgaste en imagen que tiene hoy Macri, no significa que electoralmente puedan tener un diferencial de voto tan importante como para desarmar la estrategia Nación-Provincia-CABA que han desarrollado con éxito desde las elecciones 2015. Cambiemos lo que necesita, más que cambiar la candidatura, es recuperar la confianza de la mitad de argentinos que votó a Macri en el ballotage. En este contexto la pérdida del apoyo le reduce la probabilidad a Cambiemos de ganar en la primera vuelta electoral”.

Error

Son varios los consultores que sostienen que el llamado Plan B es un error. “Creo que los que piensan que Cambiemos puede armar un Plan B con Vidal y Rodríguez Larreta se equivocan –señala Eduardo Fidanza de Poliarquía–. No tienen en cuenta dos aspectos. Uno, objetivo, que se desprende de la experiencia de cómo actúa la opinión pública en estos casos: si cae el apoyo al líder de un gobierno, suelen caer sus principales colaboradores y aliados, excepto que ellos nieguen y contradigan al jefe en desgracia. El segundo aspecto es el subjetivo. Vidal y Larreta saben que su suerte está atada a la de Macri y, además, son dirigentes leales”.

Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) piensa que la crisis lleva a pensar variantes. “Es muy probable que los dirigentes de Cambiemos estén evaluando las consecuencias de la actual crisis económica, que a todas luces está dejando más secuelas de lo previsto. Ante tal contexto, pensar en un Plan alternativo parece sensato y lógico. El oficialismo cuenta con dos dirigentes con suficiente entidad y popularidad en sus distritos como Vidal y Larreta. Es cierto que ambos mantienen una alta ponderación positiva, pero es cierto también que ni son una pócima mágica que tuviese cura todos los males. Un par de meses atrás era posible pensar en la reelección de Macri, incluso contando con una posibilidad concreta de ganar en primera vuelta. Hoy eso no está en el horizonte. Yo diría que la división del peronismo opositor es su principal oportunidad”.

Casi todos los consultores están de acuerdo en que, de perdurar la crisis económica de Cambiemos, la caída afectaría a todos los referentes de la fuerza gobernante. “Recuperarse y fortalecerse en pos de 2019 requiere algo más que renovar nombres –argumenta Analía del Franco, a cargo de Del Franco consultores–. Especialmente porque los nombres que están en danza no presentan autonomía de criterio y posición respecto del presidente. Vidal y Rodríguez Larreta están asociados a la gestión de Macri. El gobierno nacional tiene que demostrar que puede controlar la coyuntura y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Y si esto se logra ¿para qué renovar caras?”. 

Teoría Vidal

“Las dos variantes de la Teoría Vidal parten de errores–señala Ignacio Ramírez, hoy consultor independiente–: el Gobierno no ha quedado condenado y obligado a revisar su arquitectura electoral pero tampoco Vidal seria una solución segura si la marca Cambiemos llegara muy lastimada al proceso electoral del 2019. En las teorías sobre Vidal veo muchas coincidencias con lo que sucedía con Daniel Scioli. Vidal es una de las patas, la pata sensible, de la marca Cambiemos, no al revés. La idea es más un mito político que un diagnóstico de la realidad. De hecho, la imagen de Scioli tenía mayor autonomía de CFK que Vidal en relación con la imagen de Macri. En síntesis, no me apresuraría a sostener que el macrismo está obligado al Plan B ni tampoco a sugerir que un Plan B garantiza el éxito”. 

Mediocre elección

Artemio López, titular de Equis, afirma que, contrariamente a lo que se cree, Cambiemos viene de una floja elección. “Las chances del oficialismo dependen absolutamente de la figura de Macri. La centralidad del Presidente en la coalición de gobierno es la misma que tuvo Cristina Kirchner en el FpV. Si la popularidad presidencial se deteriora todos los principales referentes de la coalición correrán la misma suerte, tal como se observa hoy, donde a la caída de Macri le corresponde un fuerte deterioro de la imagen de Vidal. El oficialismo ya realizó una elección mediocre en el año 2017. Los 41 puntos obtenidos en su primer renovación parlamentaria y en su ciclo de ascenso, ubican la elección del Cambiemos peor que la primera renovación de medio término de Alfonsín, Menem, Kirchner. Así las cosas el escenario del año 2019 será muy estricto para el oficialismo, mucho más que el del año 2017, por lo que aquél 41 por ciento parece muy difícil de repetir y a menos que la crisis asuma una velocidad que no debe descartarse, el escenario de ballotage se abre como el más esperable en 2019”. 

No habrá Plan B  

“Creo que el Plan B no está todavía en la agenda del gobierno –analiza Ricardo Rouvier, titular de Rouvier y Asociados– sino que hay comunicaciones surgidas de la lógica sobre un gobierno que está pasando su peor momento. O sea, que la popularidad de Macri, y aún peor la gestión, están en franca caída. En este contexto, surge la posibilidad de que la figura de Vidal podría asegurar la competitividad de Cambiemos; y Larreta también aunque en menor medida. Si se adoptara el Plan B sería una defección ante la opinión pública porque la maniobra sería evidente. Por el contrario; creo que van a insistir con el plan original basado en la repetición del tridente: Macri, Vidal, Larreta; con el liderazgo del primero”. 

Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, coincide en que “el oficialismo se encuentra en su momento mas bajo de valoración. Para constituirse en tendencia es necesario ver si estos valores se sostienen en el tiempo o si Cambiemos logra revertir esta situación. De todos modos suponemos que el presidente Macri buscará su reelección. No vemos hoy como una posibilidad que decliné su candidatura en favor de Vidal, Larreta u otra figura de su espacio. Fundamentalmente porque no se trataría de una sucesión similar a la del 2007 entre Néstor y Cristina Kirchner. Esta última estuvo marcada por el éxito del primer mandato”.

Fernando Zack, de Analogías, también piensa que no hay Plan B posible. Si Macri fracasa, eso se traslada a los demás. “La crisis financiera sucedida durante mayo pegó en la línea de flotación del gobierno de Cambiemos. Estaban preparados para enfrentar conflictos con el peronismo y con las organizaciones sociales y sindicales. Lo que en ningún escenario estaba previsto, era que la desestabilización viniera por el canal financiero. Esto no quiere decir que Macri vaya a perder las elecciones, aunque lo que parecía un triunfo inevitable hoy no lo es. No hay posibilidad de Plan B para Cambiemos. Si Macri no resulta un candidato, eso será reflejo del fracaso total de su gobierno, fracaso que derramará en todos sus referentes”.