Paula tiene 27 años, vive en Tucumán y el año pasado acudió a la ayuda de las socorristas porque no quería continuar con su embarazo. Como su familia no sabe que abortó, prefirió no hacer público su apellido pero sí compartir su experiencia con esta red de mujeres que se extiende por casi todo el país y que a ella como tantas otras la acompañaron desde el minuto uno en todo el procedimiento que va desde el asesoramiento hasta el abrazo, la escucha y la contención. 

–¿Cómo llegó a la red?

–Llegué a ellas por una amiga. No tenía conocimiento de que existían y que estaba esa posibilidad, pero fue por una amiga que me pasó el teléfono y yo me contacté directamente con ellas y ahí concertamos una cita. 

–¿Y cómo fue esa cita para usted?

–Tenía bastante miedo en esa cita y estaba muy nerviosa, incluso antes de llamar por teléfono también. Es más, había llamado un montón de veces y no me atrevía a hablar. Hasta que dije bueno, ya está, voy a tener más información ahora porque las dudas que tenía más bien era por desconocimiento. 

–¿Qué miedos tenía?

–Los miedos eran por desconocimiento más que por el hecho en sí. Pero cuando uno puede pasar de esa situación y hablar con alguien que esté más informado sobre esas cosas es como que a uno le da más tranquilidad. Pero al principio mucho miedo, porque desconocía muchas cosas porque uno siempre dentro de lo que se imagina también piensa en que puede pasar lo peor y en realidad es todo lo contrario. Te transmiten un montón de seguridad sobre lo que vos decís. Uno cuando llama ya está segura de la decisión que tomó pero en la cita, cuando estás ahí hablando con ellas, se termina de confirmar lo que realmente uno quiere hacer. Es todo un proceso el de uno en la cabeza, hoy hay una distancia pero ha sido un momento de mucho miedo que se ha transformado, lo he podido hablar, y me he podido informar, me sacaron los miedos. Y ver que otras personas también lo han hecho te da una mayor seguridad de que las cosas se pueden dar, que se pueden llevar adelante y se pueden concretar. 

–¿Cuándo las contactó?

–Las contacté hace un año. Era la primera vez que pasaba por una situación así. Y la única vez, no tenía mucha seguridad pero me saqué las dudas en ese momento. 

–¿Qué la llevó a tomar la decisión?

–Me llevó a tomar la decisión muchas cosas. Se ha dado que mi compañero en ese momento, era mi pareja estable de hacía muchos años, él me ha ayudado en la decisión. He tenido la suerte de poder hablarlo con él y que me entendiera, que me permitiera tomar la decisión. Yo sentía que no quería continuar porque sentía que no estaba preparada para ser madre, no era el momento, no tenía la intención de serlo. No siento el deseo. Para él iba a estar bien lo que yo decidiera, continuara o no con el embarazo él me iba a acompañar. 

–¿Él la acompañó a la cita?

–Él me acompañó a la cita también para informarse y me parece importante que los varones también sepan todo lo que nosotras tenemos que saber y por lo que tenemos que pasar. 

–¿Y cómo fue el proceso, usted llamó y qué pasó?

–Llamé, tuve una cita a la semana siguiente del contacto que hice con las chicas. Fue en un bar del centro de acá en Tucumán, en San Miguel, Capital. La cita fue en una esquina con otras chicas, éramos varias. El resto eran más chicas que yo pero todas estábamos nerviosas. Las socorristas nos empezaron a contar todo lo que hacían, nos explicaron paso a paso el proceso, detalladamente en qué consistía todo y cuáles eran todos los puntos del proceso que íbamos a llevar adelante. En mi caso al menos, creo que ese día de la charla fue cuando tuve la certeza de que lo que estaba decidiendo estaba bien. Para mí fue una tranquilidad enorme y creo que ese día volví a mi casa mucho más convencida y con tranquilidad, como así también las otras chicas porque una no solo escucha su campana y su situación sino también la de otras chicas que están en la misma que uno. Y eso también sirvió para ponerse en el lugar de la otra, porque en mi caso yo estaba acompañada por alguien pero había chicas mucho más chiquitas que yo y estaban solas, te partía el corazón. Me emociona mucho recordar todo pero ha sido fuerte. Ha sido algo que uno no conoce, muchas chicas no podían ni económicamente solventar ese proceso. Y al menos las socorristas tienen toda la intención de ayudar a todas. 

–¿Conocía del medicamento antes de contactar a las socorristas?

–Sabía del medicamento como mito urbano y había escuchado cosas que no eran. Pero hasta que no te confirman algo de forma más segura, uno por ahí no se anima. 

–¿Durante cuánto tiempo la acompañaron desde que tomó el medicamento?

–Desde antes y desde el momento en que empecé a consumir el medicamente ellas estuvieron de forma permanente. Todo lo que ha sido el proceso de acompañamiento ha sido permanente, durante el procedimiento, después para el control, y los controles posteriores, ellas estuvieron al tanto siempre para saber cómo estaba de salud y demás. Y después de todo que ya pasó seguimos en una hermosa amistad.  

–¿Cómo consiguió el medicamento?

–El medicamento lo conseguí por contacto. En mi caso particular lo pude conseguir porque trabajo pero además la red permite que tengan la posibilidad de que la gente colabore para otras personas que no puede acceder a eso.