Tuvo que transpirar, aguantar los nervios, pero finalmente le llegó la confirmación. Había arrancado en septiembre junto a 17 compañeros, pero consciente de que serían tres los que no cumplirían el sueño máximo que alberga todo jugador de básquet. Y al cabo de un mes, el 22 de octubre, luego de verlo en acción en la pretemporada, San Antonio Spurs oficializó a Nicolás Laprovittola como uno de los 15 jugadores del plantel profesional dirigido por Gregg Popovich.

Los cuatro anillos conseguidos por Emanuel Ginóbili en el conjunto texano sirvieron como respaldo para apostar por un compatriota. Las miradas se posaron inicialmente en Patricio Garino, quien parecía sacarle una leve ventaja a su compañero del seleccionado argentino, ya que había firmado su contrato con la institución en julio. Sin embargo, el alero marplatense fue enviado a la Development League (liga de desarrollo), y el base surgido en Deportivo Morón se ganó su lugar en el conjunto que recientemente retiró la camiseta número 21 del grandísimo Tim Duncan.

El hijo de la diputada Margarita Stolbizer se adueñó de la casaca 27, edad que cumplirá el 31 de enero, y fiel a su estilo salió a comerse la cancha desde sus primeros instantes. Aunque la anécdota dirá, tal como el protagonista publicó en sus redes sociales, que se le escapó su primera pelota en su debut ante Golden State de Curry y Durant.

Contra Dallas Mavericks le llegó su primera vez en el quinteto inicial y el jugador de 1,93 metros y 82 kilos estuvo a la altura. “Ha jugado en todo el mundo, por lo tanto no estoy tan impresionado. En realidad no es un rookie (quien transita su primer año como profesional), sino que es un veterano experimentado. No hizo nada increíble, pero estuvo sólido y eso es lo que esperas de él”, lo elogió Popovich, entrenador del equipo desde 1996.

Esa experiencia a la que aludía el mentor de los anillos de 1999, 2003, 2005, 2007 y 2014 –los últimos cuatro con Manu en el equipo– se sustenta en un debut en la Liga Nacional en 2007, en Lanús, luego de sortear el Torneo Nacional de Ascenso. Su nivel lo llevó a ser transferido a Flamengo de Brasil en 2013 y allí se consagró campeón local, de América e Intercontinental (con el premio al jugador más valioso).

Su carrera siguió creciendo con su transferencia a Europa en 2015. Recaló durante seis meses en Lituania, en BC Lietuvos Rytas, y de allí saltó a la Liga ACB, a Estudiantes de Madrid, último escalón antes de la NBA.

Una vez ahí, la aventura duró 18 partidos, con un promedio de 3,3 puntos y 1,6 asistencias durante los casi 10 minutos que promedió por encuentro. El 27 de diciembre, dos semanas antes de que quedara garantizado su contrato, el club anunció por Twitter que “renunciaba” al jugador, que pasaba a convertirse en agente libre.

A pesar del traspié, el basquetbolista pudo evidenciar su talento, sustentado en una técnica depurada y en su inteligencia para administrar el juego. Razones que lo llevaron a integrar el seleccionado argentino desde 2012, luego de su paso por el conjunto juvenil. Aquel año se quedó afuera del equipo olímpico, pero en Río 2016 tendría revancha.

Fue uno de los 12 jugadores elegidos por Sergio Hernández para la última función de la Generación Dorada, que se despidió en cuartos de final ante Estados Unidos. Aunque para Laprovittola, Facundo Campazzo –su “competidor” en la base–, Nicolás Brussino, debutante esta temporada en Dallas Mavericks, y otros jóvenes talentos que piden pista, la historia continúa con la albiceleste.