Entre las críticas moderadas y los apoyos con reservas de la mayoría de los gobernadores de la oposición, ayer el mandatario de La Pampa, Carlos Verna, salió a diferenciarse con un fuerte rechazo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y una dura crítica hacia sus colegas: “Los gobernadores peronistas que apoyan esto me dan vergüenza ajena”, sentenció el pampeano, un referente de bajo perfil en el justicialismo pero de los más críticos de la gestión del presidente Mauricio Macri. 

Mientras el Gobierno Nacional avanza con la presión para lograr que distintos mandatarios provinciales acompañen el ajuste y el endeudamiento por 50 mil millones de dólares, comienzan a surgir las voces críticas. La más fuerte hasta ahora fue la del pampeano, que desentonó ante las posturas más moderadas. En contraste, el más entusiasta defensor había sido el chaqueño Domingo Peppo, quien el día del anuncio estuvo reunido con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. “Nace una nueva expectativa para adelante para la Argentina en el rol de poder estabilizar las variables macroeconómicas”, aseguró. Tratando de hacer equilibrio, el entrerriano Gustavo Bordet señaló que “el financiamiento externo nunca es bueno ni malo, el tema es las condiciones que existen para poder acceder a un financiamiento”. Otro equilibrista fue el sanjuanino Sergio Uñac: “Si el gobierno nacional estimó que era necesario el acuerdo con el FMI, hay que creer que así lo es, pero habrá que afrontarlo con mucha responsabilidad”, señaló. El gobernador cordobés, Juan Schiaretti, dijo esperar que con esta medida “le acierten para que el pueblo argentino no tenga que pasar zozobra o sufrir turbulencias y pueda mejorar su vida”.

Para el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, “la política económica que lleva adelante (Cambiemos) es perniciosa para los que menos tienen” aunque aclaró que no va “a poner palos en la rueda” para que “el presidente cumpla su mandato”. Aunque Juan Manuel Urtubey se mostró llamativamente crítico al principio, al afirmar que la medida es “una mala idea que no comparto”, rápidamente retomó su línea “dialoguista”: “No voy a negarme a darle las herramientas que necesite para que al país le vaya bien”. 

Más allá de las declaraciones, la clave para el Gobierno se jugará en la actitud que los gobernadores peronistas adopten sobre el Congreso, donde Cambiemos debe reunir el número para aprobar un fuerte ajuste del Presupuesto.