Como ocurre desde hace varios meses, la economía está en el centro de la escena. Pero se mezcla en forma permanente con la desconfianza que ahora reina en relación con la administración de Cambiemos. Por un lado, por lo que la gente percibe como descomunal aumento de tarifas. Luego, por el acuerdo con el FMI. Y también porque se perciben cambios de discursos en forma permanente respecto de la inflación. 

El puntapié inicial de la caída se produjo con el gravísimo recorte a las jubilaciones: el aumento iba a ser del catorce por ciento pero impusieron un exiguo 5,7 por ciento. 

Bacman sostiene que “con la credibilidad por el piso y con las promesas de campaña puestas en tela de juicio, la mayor parte de los argentinos no le cree a Mauricio Macri cuando afirma que este esquema de aumentos de tarifas era el único posible. Tampoco le creyó cuando afirmó que el accionar de la oposición en el Congreso fue incorrecto e irresponsable. En esta oportunidad, la gente se puso del lado de la oposición: la ley votada por los diputados y senadores fue interpretada como acertada”.

Los datos son elocuentes:

  • Un 68 por ciento tiene expectativas negativas sobre la economía, es decir que dicen que dentro de un año no estarán mejor.
  • El 68 por ciento también dice que la economía está hoy mal o muy mal.
  • El 66 por ciento afirma que el plan económico es negativo o muy negativo.
  • El 69 por ciento sostiene que los aumentos en los servicios son excesivos
  • El 60 por ciento considera que la oposición estuvo bien en el Congreso con la aprobación de la ley que limita los aumentos de tarifas. 

Si a esto se suma que hay mayorías claras que se opusieron al veto presidencial, que rechazan el acuerdo con el Fondo y que vienen sosteniendo desde el principio que la administración Cambiemos es un gobierno que favorece a los sectores de más recursos, se tendrá un cuadro de situación que explica las dificultades que hoy tiene el presidente en la opinión pública.