El lunes de esta semana me pasó lo que nunca, una chica de no más de 30 años con un carrito y un niño de un año, comenzó a gritarme desquiciada: “Aguante la vida”. A pesar de mis pedidos de que parara, que estaba asustando a su hijo, la ridícula se negaba a bajar el volumen o a decir otra cosa, al menos. A su vez mientras gritaba se alejaba, cobarde como todos los antiderechos, muertos de miedo, de que alguien sea libre, de la envidia que les da que no seamos esclavas como ellos de su doble moral. Nunca nadie me enfrentó en la calle, por ningún tema, de ninguna forma, salvo el lunes pasado, justo el lunes pasado. Como un robot programado, como suena la alarma de un auto, con su voz aguda la cheta clasista, repetía “aguante la vida”, usando a su hijo como escudo, por supuesto, porque está claro que si le pego a una mina con un bebe ¿quién es la loca? La abortera. Así de sucio juegan. La encaré, pero igual quedé temblando y pensando, esto nunca me pasó, tienen miedo estos antiderechos. Se va a caer. 

Este “Enojate…” lo escribo cansada hermana, pero feliz, no recuerdo una jornada así, ¡las ví! Las ví a todas ustedes envueltas en mantas a la madruagada, alrededor de un fuego como brujas en medio del bosque, pero en Callao y Sarmiento. Las vi frente a la pantalla gigante, frente al congreso viendo atentamente la sesión, quedándose dormidas y volviendo a despertar para gritar cada vez que alguien votaba a favor. Las vi sentadas unas contra otras, acurracadas cubriéndose del frío, y aun así riendo. Era una marea de jóvenes bajo mantas, todos los cuerpos juntos cuidándose, bancándose, bien quietos, pero ahí. 

Un hombre le saca una foto a un monstruo de tres cabezas. Bajo una manta roja pueden vislumbrarse tres pares de ojos, tres cuerpos se hacen uno para darse calor, y ríen porque es absurdo estar así en plena avenida Rivadavia. El fotógrafo les dice “ponganse serios”, para fingir una solemnidad que no era de elles, y yo me vuelvo loca. “¡Qué serios! No se pongan serios. Esta es nuestra fiesta. Nuestra lucha es alegría, aun cuando hay sacrificio”. Es de madrugada en pleno centro y nadie tiene miedo, todo está bien y se siente raro, como si nos conociéramos, hay confianza. Del otro lado del congreso no queda nadie, ni el show de las ecografías de Viviana Canosa, ni los curas con sus polleras. De nuestro lado las chicas y los chicos bancan a puro shibre verde toda la noche. Del vino se pasó al mate, al vino y al mate, y al café y al porro y no se movieron. Y adentro del congreso lo supieron. A pesar de que la tele no lo muestra, lo sabían muy bien, tuvieron muy en claro que de un lado estuvo vacio, de gente y de contenido, de argumentos y de empatía y del otro lado estaba la verdadera vida. 

Por los chats y las redes circulaban las cuentas de los diputados que había que presionar, sí claro que los íbamos a presionar, este el poder popular, todo esto está pasando por la presión social. Y esto les hacemos entender en redes: Son las y los jóvenes los que no los volverán a votar nunca jamás. Esa debe ser su presión, ya que no les importa la vida de las mujeres, piensen al menos en su carrera política, mamertos. No olvidaremos nunca cómo votaron.  

Srta Bimbo y Suzy Q alquilaron un pequeño departamento a cuadras del congreso sobre Montevideo para usar de bunker, de donde vamos y venimos a cargar celulares, ir al baño, descansar, tomar algo caliente. Durante toda la noche una psicosis de sale y no sale la ley nos estruja el corazón para todos lados.Desde adentro del congreso Suzy Q nos dice: “Chicas, no puedo más” y Lala le contesta: “Dale, Suzy, aguantá que te espero afuera con café”. El mensaje me hace volver a la plaza aunque el rumor es que no sale.  Salga o no salga sabemos que tenemos que estar ahí, porque la historia de la Argentina ya cambió y queremos estar en la historia. Hacer algo. Cerca de las ocho en el bunker algunos duermen, algunas reímos de los argumentos de los diputados que votan en contra. Y vuelve el rumor de que puede salir, vamos ganando de nuevo. Lia mira su celular y sus ojos cansados se abren como dos pelotas de fútbol: “Las agrupaciones piden que todas las que puedan vuelvan a la plaza con sus banderas ¡Ya está! esto significa que sale”. Se pone a armar su cámara y nos agita a todas para ir. Dejamos el bunker del edificio sobre Montevideo que muy oportunamente se quedó sin agua. Tantas horas ahí, no queremos perdernos el gol, así que caminamos apuradas, ya está todo tapado y con la luz del día volvió la energía, volaron las mantas y los monstruos de tres cabezas, volvieron los saltos y las canciones, hasta que un grito, que parecía venía de abajo para agarrarte nos indundó el cuerpo. No entendíamos ¿ya está? ¿ya salió? No escuchamos nada. Las chicas lloran, se abrazan, nosotras las viejas no podemos creerlo. Como el primer polvo que tanto esperaste y no fue para tanto nos miramos “¿fue eso?”. Aparece Srta. Bimbo y con Vane y Noelia personalizamos el festejo al grito de “¡chistes de aborto, chistes de aborto!”. Así que esta va para vos, cheta del lunes, para vos y para todos los que son como vos, acá las pibas se curtieron de vigilia, en esa ya les ganamos, ya lo sabemos hacer ¡y lo haremos todas las veces que haga falta! Finalmente, así lo haremos: les ganaremos mientras ustedes duermen.  ¡Aguante la vida, amigue!