PáginaI12 En rusia
Desde Moscú

Las sorpresas siguen apareciendo en esta Copa del Mundo, y Senegal fue ahora el encargado de convertirse en el verdugo de un conjunto europeo, al igual que lo hizo México con los alemanes el último domingo. El país de Africa Occidental superó a Polonia por 2-1 y le imprimió suspenso al Grupo H, sobre todo por la derrota colombiana ante Japón. Pero sin duda, más allá del resultado, los africanos mostraron supremacía a partir de su juego colectivo y el trato cuidadoso de la pelota. Si bien en algunas ocasiones tuvo que resolver con desprolijidad, la premisa que tuvieron fue moverse hacia el campo rival con toques cortos y rápidos, algo de lo que se está viendo con continuidad en este torneo.

Pero además del criterio futbolístico, el ritmo intenso que muestran los equipos se sigue diferenciando de lo que hizo Argentina el sábado pasado, con un juego cansino y falto de ideas. El último partido de la primera fecha ofreció vértigo y emoción en las mismas proporciones. Y la diferencia en el estadio del Spartak estuvo en los volantes de creación de cada uno de los equipos. Mientras que el de Senegal, Mané, fue astuto para habilitar a sus compañeros en los espacios libres, el de Polonia, Krychowiak, no tuvo precisión y se lo vio fastidioso cuando los rivales lo encimaban.

Krychowiak convirtió el gol del descuento para el perdedor cerca del final, con un cabezazo cruzado luego de un tiro libre, pero se equivocó en un pase hacia atrás que desembocó en el segundo gol senegalés, convertido por Niang. Esos fueron los hombres que terminaron decidiendo el desarrollo del partido. 

Mané, que se desempeña en el Liverpool inglés, juega con un panorama que le permite tener el control de todos los movimientos de sus compañeros, y a partir de eso maneja todos los circuitos ofensivos. Para que Senegal avance con peligro la pelota tiene que pasar por él, y el resto se mueve a su disposición. Los africanos pudieron así ponerse en ventaja al final del primer tiempo, cuando Gueye remató al arco, la pelota se desvió en Cionek, quien descolocó al arquero Szczesny y no pudo evitar la caída.

El hombre del cual se esperaba mucho y al cual le apuntaban todas las miradas, Robert Lewandowski, no pudo prevalecer ayer en Moscú. El delantero del Bayern Munich careció de espacios para moverse con soltura dentro del área, y ni siquiera pudo rematar al arco de manera clara. En ese sentido, el funcionamiento del resto del conjunto europeo no lo favoreció, debido a que no fue abastecido con claridad. Lewandowski encontró consuelo al final del partido, cuando se acercó a una de las plateas donde se ubicaba su mujer, quien lo recibió con beso a pesar del desánimo que mostraba el jugador.

El despliegue físico de los senegaleses también fue otro punto destacado. En ese aspecto se los vio más enteros que los polacos, y eso les permitió sostener la embestida de Polonia cerca del final, que se ilusionó con el empate después del descuento, pero no tuvo la convicción suficiente para lograrlo. La zona quedó al revés de lo que se preveía, ya que Polonia y Colombia, los mayores candidatos, se encuentran sin puntos luego de la primera fecha.