Cada hora que pasa tensiona una espera que debería culminar en el reconocimiento del derecho a decidir de las mujeres que habitan este país. “Por fin somos un poquito más libres”, la pintada con fibrón negro sobre uno de los cientos de afiches verdes que permanecen en la zona de Congreso desde el miércoles 13, podría hacer realidad la legalización del aborto seguro, gratuito y garantizado por el Estado argentino. “Para que este proyecto pueda convertirse en ley tendremos que estar con la mirada puesta en las comisiones del Senado que intervengan y cuidar que no le hagan modificaciones, porque volvería a Diputados y eso pone en riesgo todo lo logrado hasta ahora”, advierte la diputada kirchnerista Mónica Macha, una de las legisladoras firmantes del proyecto de la Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito. “Por eso es importante que todos los espacios militantes y los colectivos feministas permanezcan alertas.” Le preocupa la capacidad de daño que acumula Cambiemos en la Cámara Alta con Gabriela Michetti, Esteban Bullrich, Federico Pinedo y Silvia Elías de Pérez a la cabeza, firmes en su intención de demorar el tratamiento, eliminar el título segundo del texto girado, que permite abortar hasta la semana 14ª, y establecer “una despenalización más moderna” (sic) con reducción de penas para la mujer que se practique un aborto y para quien lo realice.

“Es fundamental cuidar entre todes que no introduzcan ninguna modificación a la ley porque no hay plazos de acá a dos años, y entonces perdería estado parlamentario. Toda legislación es mejorable, y en este caso los cambios pueden introducirse en la reglamentación, aunque creo que logramos un texto que incluye una multiplicidad de miradas y aun así no perdió el espíritu de la ley. Si pensara en la norma ideal, hay puntos que no hubiera agregado, como la objeción de conciencia, y tuvimos que incluirlo como prenda de negociación para que otras diputadas y diputados la votaran. Al Senado está llegando un texto de consenso.”

La presión de la vicepresidenta Gabriela Michetti logró que el proyecto fuera girado ademas de las comisiones de Salud (preside el radical Mario Fiad, con voto reservado) y Justicia y Asuntos Penales (preside el justicialista Pedro Guastavino, a favor), a las de Asuntos Constitucionales (presidida por Dalmacio Mera, en contra)  y Presupuesto, que preside el tenor antiderechos Esteban Bullrich. “No debería pasar por ahí”, cuestiona. La Campaña Nacional aguarda que por lo menos el miércoles próximo pueda tratarse el texto en comisión, obtenga dictamen y sea votado en julio. El presidente del bloque Peronismo Federal, Miguel Angel Pichetto, criticó la decisión de Michetti.“Este giro es totalmente excesivo, y el traslado tanto a Presupuesto y Hacienda, y Asuntos Constitucionales, innecesario. Obedece a una posición personal de la vicepresidenta, con la finalidad de prolongar el debate indefinidamente". En la reunion de Labor Parlamentaria del próximo miércoles, previa a la sesión en recinto, Pichetto planteará que el proyecto sólo debe ir a Salud y a Justicia y Asuntos Penales.

Por estas horas la contraofensiva episcopal en las provincias surfea en la cresta de una ola que agita la tríada antisororidad del Papa y sus delegados, monseñor Oscar Ojea y Víctor Fernández, flamante arzobispo de La Plata, donde fetito pasa las noches. Los dos últimos estarían mensajeando a diario a algunos senadores para que reviertan la votación. “Hagan la diferencia”, dicen que les exigió Fernández.

Sin embargo el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, dijo esta semana que el texto que se aprobó estaba muy logrado y tenía que avanzar.

–¡Exacto! Si hay voluntad de sacarla debería ser aprobada por el Senado. Tenemos  ansiedad por que se trate ya; éste es un debate que lleva décadas.  

¿Cuál es el escenario actual? 

–Volvemos al ejercicio que veníamos haciendo en Diputados: hay un núcleo de indecisos con los que debemos ir a conversar y ver qué pasa. Este nuevo escenario está diferenciado por provincias y gobernadores. Como Frente para la Victoria (FpV) tenemos una continuidad decisiva, todo el bloque va a votar a favor de la legalización del aborto, a diferencia de lo que pasó en Diputados, donde una minoría votó en contra.  

Se prevé un trámite complejo en el Senado, sobre todo desde algunos dirigentes relacionados con el Episcopado, y se suma una lista de clínicas privadas que van a pelear por la objeción de conciencia institucional. 

–Con el texto actual no podrían plantear esa cuestión –el proyecto aprobado dice “Queda prohibida la objeción de conciencia e ideario institucional”–. En los casos en que en una institución todos los médicos se manifiesten como objetores de conciencia, la ley establece que deberán hacer una derivación a otro profesional o a otra institución. Una derivación acordada, en la que se le informe a la mujer dónde será atendida. Además, en ese artículo incluimos el Registro de objetoras y objetores de conciencia, de alcance nacional, provincial y municipal. Esto evita que la mujer vaya recorriendo instituciones hasta que dé con una donde realicen la intervención. En este punto el Estado tiene la obligación de garantizar que haya por lo menos una médica o un médico de guardia para practicar los abortos, y tiene injerencia en las instituciones que dependen del financiamiento estatal. Habría que ver entonces qué clínicas que se definen confesionales o vinculadas a la religión tienen subsidio del Estado.

Nelly Minyersky sostiene que el tema central será la implementación de la ley.

–Esa es la transformación social y cultural que debemos darnos. La ley es el requisito fundante, pero después está la implementación y el encuentro con las instituciones y con las personas que las habitan. Creo que después de su aprobación la resistencia más fuerte vendrá por el lado de la corporación médica, porque han sido reacios. Felizmente existe la Red de profesionales por el derecho a decidir, la red de Socorristas y otros colectivos que son parte de esta militancia, pero también es cierto que en hospitales y centros de salud nos encontramos con médicas y médicos que sin llamarse objetores de conciencia ponen palos en la rueda, y eso lo vimos con la interrupción legal del embarazo. Por eso es muy importante que las propias mujeres conozcan el texto de la ley que estamos discutiendo y sus implicancias, porque si logramos sancionarla será una herramienta para que sepan qué es lo que pueden y deben demandar en un establecimiento de salud.

Qué representa en términos de construcción el grupo de whatsapp Las Sororas, con once mujeres y el diputado Daniel Lipovetsky? 

–Un tipo de construcción transversal impulsada por las propias diputadas y acompañada por Lipovetsky. Primero se llamó IVE tan cerca y tan lejos, después fue IVE tan cerca, y después Las sororas y los sororos, por Lipovetsky (risas). Sigue siendo una herramienta operativa y de trabajo. Fue un armado de estrategias colectivas donde cada uno cumplía una función, y en la sesión en el recinto ya teníamos posición tomada sobre algunos pedidos de modificaciones que iban a llegar y sobre otros tuvimos que verlos sobre la marcha: el grupo sirvió para esas definiciones rápidas. Y operó como un espacio de contención. Parece imposible que algo de lo afectivo pueda ir por ahí, pero tuvo ese significado de sostén colectivo frente a operaciones o presiones. Y la posibilidad de ir alimentando ese conocimiento entre nosotras más allá de las fuerzas políticas. La agenda partidaria muchas veces pone en tensión la agenda del feminismo. 

Ustedes trazaron un eje histórico que supera la lógica de partidos: lograron hacer una lectura política de la realidad desde el feminismo y una construcción transversal con la Campaña Nacional, el movimiento de mujeres y las organizaciones sociales.

–Totalmente. Fue una gran articulación con las trabajadoras, con el colectivo Ni Una Menos, con estudiantes secundarias, con las actrices argentinas y con todos los colectivos que se fueron armando como espejos de actrices argentinas para que este proyecto pudiera ser sancionado, y eso también es por la fuerza del feminismo. No se agota en el partido ni en la agrupación política, necesita construir otras redes y otras estrategias. Y tampoco es con las organizaciones tradicionales. Nosotras decimos que mientras la CGT sigue pensando cuándo hace el paro, las mujeres ya le hicimos varios paros al macrismo.  Creo que tiene que ver con que nos autoricemos a tener nuestra propia creatividad en la política, y nos autoricemos a darle un valor a eso, que también es el espacio transversal, sin caer en una idealización. Claro que hay una cuestión de agendas políticas partidarias de oposición. Como FpV seguimos insistiendo con una sesión especial para que el acuerdo con el FMI pase por el Congreso, y Cambiemos no va a estar. Nuestro punto de rivalidad son los proyectos de ideas y de países que queremos.

 Fue notable el grado de generosidad política que primó entre pares.

–Siempre tuvimos el objetivo de lograr la media sanción de la legalización del aborto. Nuestras diferencias políticas se sostienen pero cuidamos de no tensionar al punto de romper y al mismo tiempo somos conscientes de que se abren otros frentes. Hubo una lectura política del momento y de los objetivos, y el rol de la Campaña fue clave porque planteó que más allá del reglamento del Congreso, que establece una única firma por proyecto, éste pudiera pensarse con coautoras de diferentes bloques. De ahí que nos propusieron a Brenda Austin por Cambiemos, Victoria Donda por Libres del Sur, Romina del  Plá por el PO y a mí por el FpV. Se pudo  hacer políticas desde otro lugar, donde lo simbólico toma un lugar preponderante en instituciones tan reglamentaristas. 

Es un juego permanente de transgredir lo establecido.

–Es ir más allá de los usos y costumbres, y eso podemos hacerlo las mujeres porque tenemos las marcas de lo que significa la desigualdad de género. Sabemos lo que significa estar en lugares que históricamente fueron un ámbito de supremacía de los compañeros. Logramos el cupo, en algún momento representaremos la paridad, y mientras tanto autoricémonos a plantear en el ámbito de la construcción política que tenemos otras propuestas, otras enseñanzas y que transitamos otras experiencias, y eso  puede cambiar el modo de construcción. Vamos a aprovechar este armado para pensar otros temas de agenda del feminismo y avanzar en otros proyectos de ley.

¿Cuáles son las consecuencias de un aborto clandestino en la vida de una mujer?

–Físicas, como mutilaciones, desde la perforación del útero y no poder volver a quedar embarazada en el momento que se desee, hasta perforaciones de otros órganos. En casos extremos, muertes por infecciones generalizadas. Y consecuencias psíquicas, por el peso de que significa lo clandestino: desde lo subjetivo, lo que implica para una mujer tomar esa decisión en soledad, sin recursos, o con dificultades de acceso, y desde el silenciamiento de que estás cometiendo un delito y podés ir presa. Además somos un país donde lo clandestino tiene un peso histórico y traumático, y creo que es parte de estas consecuencias. Es el paraguas que abarca a todas, sin diferenciar franjas sociales. Un aborto legal ocupará un espacio en la vida de cada mujer, pero nunca tendrá el efecto trágico de la clandestinidad.