"No somos de mirar para atrás, sino más bien de mirar para adelante, de ver cuál es el paso que sigue, qué queremos hacer; pero esto de los diez años nos puso un poco melancólicos", le dice Gabriel Pedernera, baterista de Eruca Sativa, a Rosario/12. El trío cumple diez años y lo está celebrando con una gira nacional que esta noche, a las 20.30, hace pie en Teatro Vorterix (Salta 3519).

"Los diez años nos obligaron a mirar un poquito para atrás y ver todo lo que había pasado en este tiempo, para poder decir: qué lindo que nos encontramos, qué lindo que decidimos empezar a hacer música, qué bien que la hemos pasado. Y agradecer a la gente, que ha sido muy generosa, muy bondadosa con nosotros. Eso te pone en el lugar de una emoción absoluta, de valorar mucho la química que nos unió, así como la intuición que nos fue guiando y nos llevó a los lugares donde fuimos muy felices. Es como que ahora nos encontramos en un momento entre esa melancolía y nuestra clásica mirada hacia adelante, pensando cuándo va a ser el próximo paso", explica el músico.

Oriundos de Córdoba, Eruca Sativa se completa con las extraordinarias Lula Bertoldi (voz y guitarra) y Brenda Martin (bajo, guitarra y voz). El año pasado les deparó dos Premios Gardel por el disco Barro y Fauna, uno por el videoclip Nada Salvaje, nominaciones a los Latin Grammy, presentación en el Luna Park, y giras por el exterior, sumado a una reciente presentación en España, con mucho éxito. Ahora celebran con un EP que reúne cuatro temas del recital en el Luna Park, y lo que se ve y oye allí es de veras festivo, de reconocimiento hacia el público y de ellos con el grupo.

"Tengo todo el tiempo la sensación de que recién estamos empezando, y espero no se nos vaya nunca".

Al respecto, Pedernera señala que "han pasado muchas cosas y hemos sido muy afortunados en cuanto a nuestra relación interna. Eruca Sativa arranca siendo tres personas y seguimos siendo esas tres personas. Cada día nos llevamos mejor, cada día compartimos más cosas. Lo que pasó con nuestra relación personal, entre los tres, fue mágico, porque hoy nos llevamos mucho mejor que hace diez años, y eso no pasa siempre, no todos tienen esa fortuna de poder compartir un proyecto que termina siendo tu vida. Hacemos muchas cosas juntos, prácticamente vivimos juntos mucho tiempo al año; compartimos cada vez más cosas, nos queremos cada vez más y cuidamos lo que nos pasa".

-‑Y tocan cada vez mejor...

-‑Espero que sea así, me resulta muy difícil juzgarlo. Veo un crecimiento pero tengo todo el tiempo la sensación de que recién estamos empezando, y realmente es una sensación que espero no se nos vaya nunca, porque significa que hay mucho camino por recorrer, mucho por hacer, que nuestras mejores canciones todavía no están hechas, nuestros mejores discos no están hechos. Más allá de que escucho nuestro último disco ‑Barro y Fauna‑ y me siento más identificado con éste antes que con cualquier otro, porque es el más cercano, siento que recién estamos arrancando y que ahora se viene una etapa nueva, siento que el aprendizaje no termina nunca.

-‑Arriesgo a decir que es un disco que resulta oscuro, pero no por ello menos luminoso.

-‑Puede ser, nunca sé si es algo cien por ciento buscado, pero hacemos la música que nos nace y nos sale. Para mí, nuestro disco más oscuro es el primero, La carne (2008), con momentos muy densos. Tiene que ver con que abordamos ciertas temáticas y situaciones, a veces oscuras, pero siempre desde un lugar con mucha metáfora; nuestras letras son un poco libres de interpretar.

-‑Seguramente tenga también que ver con cierto clima de época.

-‑Creo que sí, estamos inevitablemente manchados con la época y con lo cotidiano, con lo que se vive en nuestra ciudad, entorno, país, y nos toca expresarnos desde este contexto. El arte nunca está ‑ni aunque quisiera‑ desligado del contexto. Me parece que hay mucho de eso.