Desde el lunes 4 de junio, cuando fue llamado a prestar declaración indagatoria por el juez federal Leandro Ríos en la causa por narcotráfico, el intendente de Cambiemos en Paraná, Sergio Fausto Varisco, se convirtió en un blanco móvil para propios y extraños, sobre todo en el ámbito del Concejo Deliberante local. Sin embargo, como si estuviera recubierto de un traje blindado, optó por “correr hacia adelante” como se dice en la jerga política. Lejos de apichonarse o dar un paso al costado como le reclama incluso la viceintendenta Josefina Etienot (PRO), Varisco organizó un acto en su apoyo en la sede de la UCR, su partido, e irrumpió sin aviso en una sesión del Concejo que tuvo que ser levantada por falta de quórum, al retirarse el bloque del FPV en medio de las agresiones verbales de centenares de personas que alentaban al jefe comunal desde la barra. El bloque del FPV pidió al Concejo que cite esta semana a Varisco para dar explicaciones y para exigirle que se tome una licencia hasta que se defina la causa en la que está procesado imputado como integrante de una organización dedicada a la venta de estupefacientes. 

La viceintendenta Etienot fue la primera en sugerirle a Varisco que diera un paso al costado y lo hizo una semana antes de que concurriera a la indagatoria, cuando Varisco recusó al juez Leandro Ríos para tratar de sacarlo de la investigación. Su socia en Cambiemos le dijo claramente que la recusación era “innecesaria” y tardía, pero sobre todo señaló la “gravedad institucional” de la imputación al intendente porque “esta situación en la Justicia nace por algo” y “no es una contravención (es) una asociación por narcotráfico, un hecho muy grave”, que se complicó todavía más con el procesamiento del jefe comunal y la prisión preventiva del concejal de Cambiemos Pablo Hernández y de la subsecretaria de Seguridad Griselda Bordeira. 

Cuatro días después de la indagatoria, Varisco fue el único orador en un acto realizado en su apoyo en la sede de la UCR, que días después ratificó por medio de un comunicado el respaldo pleno al intendente de Paraná. El hecho más bochornoso ocurrió tres días después, durante la sesión ordinaria de los lunes en el Concejo Deliberante. La reunión, presidida por la viceintendenta Etienot ante la ausencia obligada del titular del Concejo, Pablo Hernández, detenido por decisión del juez Ríos, se abrió con la presencia de 12 ediles y con la barra llena de seguidores de Varisco. Los incidentes comenzaron a partir de la intervención del titular del bloque del FPV, David Cáceres, quien se refirió a la “gravedad institucional” que se vive en Paraná y cuestionó expresiones del secretario de Medios y Comunicaciones del municipio, José Escobar. 

Como el funcionario aludido estaba presente en el recinto, a escasos metros de la banca que ocupaba Cáceres, desde allí hostigaba verbalmente al expositor, motivo por el cual tuvo una controversia con Etienot, quien intimo a Escobar a que se retirara de la sala “para colaborar con la institucionalidad”. Lejos de aplacarse los ánimos, se exaltaron al aparecer en escena, en forma imprevista, el intendente Varisco en persona. La creciente participación de la barra, hizo que los cinco concejales del FPV se retiraran, motivo por el cual Etienot dio por terminada la sesión por “falta de quórum”. 

La viceintendenta, al ver que Varisco seguía sin tomar nota de sus dichos, le pidió: “Señor intendente usted también tendría que aportar a esto”, es decir a que se cerrara la sesión por motivos de fuerza mayor. Como si no escuchara, Varisco tomó un micrófono que le alcanzaron y dijo lo suyo: “Yo ni ningún miembro de nuestro gobierno pertenecemos a ninguna red de narcotráfico”. Etienot insistió en que lo que tuviera que decir Varisco en ese momento era preciso que se concretara “en otro lugar, en su despacho”, pero la barra siguió gritando, el intendente mantuvo su cara de póker y todo terminó por el peso del despropósito.  

Con ese clima se llegó a la sesión del Concejo del jueves pasado, que sin embargo se desarrolló en términos de normalidad. La primera alusión al caso Varisco fue expresada por la concejal del FPV Stefanía Cora, quien recordó que este 26 de junio, como todos los años, es el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido de Drogas y el Tráfico Ilícito, como decidió la ONU en 1987. Cora lamentó que en esta ocasión “en la patria chica tengamos todos y todas el compromiso para que en la causa que lleva adelante el juez Ríos se pueda comprobar y condenar a quienes han puesto a nuestra amada ciudad de Paraná en el peor de los escenarios nacionales e internacionales”.

La idea fue abonada desde la presidencia del Concejo por la viceintendenta Etienot, quien primero agradeció los “mensajes de solidaridad” recibidos en repudio a los incidentes ocurridos en la anterior sesión y luego subrayó que “es innegociable tanto la lucha contra el narcotráfico como el impedimento de cualquier crisis institucional, porque ambos son un límite”. 

El concejal oficialista Carlos González quiso minimizar los incidentes calificándolos de “deslices”, pero recibió el retruco de Etienot, quien recalcó que “no se trata de deslices sino de delitos penales” y que en ese marco de gravedad “lo ocurrido fue vergonzoso”.

La concejal del FPV Cristina Sosa opinó que en la sesión anterior la barra del recinto había sido ocupada por “una patota, organizada por directores, concejales y funcionarios” integrada por unas 300 personas. En medio de esta tormenta política el intendente Varisco sigue insistiendo en su inocencia y en minimizar los hechos, en cada acto público, al punto de asegurar que muchos le van a tener que “pedir perdón” por las acusaciones en su contra. De todos modos, más allá de los dichos, esta es una semana clave porque parece inevitable que de tratarse el tema formalmente en el Concejo, el intendente se vería obligado a dar un paso al costado “por el bien de la institucionalidad”, según coinciden desde la oposición hasta la viceintendenta Josefina Etienot.