La Justicia porteña suspendió la ley que aprobó la Legislatura, el 3 de mayo pasado, que autoriza a incinerar basura en la ciudad. El fallo judicial sostiene que se violaron los procedimientos que establece la Constitución local para las leyes ambientales. Una semana atrás, con argumentos similares, una sentencia frenó la instalación de parquímetros en los barrios porteños. El presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, Jonatan Baldiviezo, dijo a este diario que “violar los mecanismos administrativos para aprobar leyes es un método que se ha vuelto habitual en el oficialismo “. Remarcó que “no es sólo una cuestión formal porque obvian la participación ciudadana”, y advirtió que “es alarmante que no podamos confiar en los mecanismos republicanos para legislar”. 

La titular del juzgado en lo Contencioso y Administrativo N° 1, Elena Liberatori, dispuso la suspensión inmediata de la ley 5.966, que introdujo modificaciones a la ley conocida como de Basura Cero, para permitir la incineración de residuos, porque las cuestiones ambientales tienen dispuesto el procedimiento legislativo de Doble Lectura, es decir que deben ser sometidos a dos votaciones diferentes.

Las modificaciones a la ley que permiten someter los residuos urbanos no reciclables a un tratamiento conocido como termovalorización (generar energía con la quema de basura) fueron aprobadas en mayo por 36 votos a favor y 22 en contra y en simple lectura, pese a las protestas de la oposición, de las asociaciones ambientalistas y de las cooperativas de cartoneros. El procedimiento no tuvo audiencia pública ni segunda votación, como prevé la Constitución porteña.

También modificó la Ordenanza N° 39.025 “Código de Prevención de la Contaminación Ambiental” que prohíbe la instalación de incineradores en la ciudad.

En los autos caratulados como Federación de Cooperativas de Reciclado y otros contra el GCBA, la jueza que hizo lugar al amparo sostuvo, además, que el Plan Urbano Ambiental dispone que debe aprobarse un Código Ambiental para poner en marcha las acciones ordenadas en dicho Plan, pero que la inexistencia de dicho Código no habilita la omisión de la doble lectura.

Al respecto, Baldiviezo explicó que “es importante este argumento porque a pesar del incumplimiento por parte de la Ciudad de dictar un Código Ambiental, falta que viene desde el año 1996, dice que la ley tiene que ser tratada como si existiera, con doble lectura y participación ciudadana, y que el incumplimiento no puede beneficiar a la Legislatura”.

“El otro punto importante es que suspendió toda la ley, no algunos artículos. Y que la suspensión va a estar vigente hasta que se dicte sentencia definitiva o que el gobierno cumpla con el trámite legislativo de acuerdo a lo que manda la ley. En ese caso, podría revisar el proceso: decir que la aprobación es la que corresponde a la primera lectura, convocar a audiencia pública y, después, someter la ley a la segunda votación”, agregó el letrado, que advirtió que lo más probable “es que el gobierno apele el fallo”.

El 22 de junio , cuando el juez Francisco Ferrer consideró inconstitucional la concesión del Estacionamiento Regulado por 10 años –aprobada el 1º de diciembre de 2016– porque se violó el procedimiento de doble lectura, el coordinador de Proto Comuna Caballito, Gustavo Desplats,  le advertía a PáginaI12 que era “un fallo contundente y un muy buen antecedente para dos normas que están judicializadas: la privatización del subte y la incineración de basura”.

A estas leyes, explicó Baldiviezo, hay que agregarle la del Área Ambiental Buenos Aires Centro, que también está judicializada porque “fue votada  desconociendo también los mecanismos de audiencia y doble lectura”. “Toda intervención urbana genera sectores que ganan y sectores que pierden, y es responsabilidad del gobierno generar mecanismos de equilibrio para resolver los conflictos de intereses que se producen. Para eso son necesarias las instancias de participación ciudadana”, señaló. Y remarcó que en el caso de la incineración de basura “el gobierno no discutió ni escuchó a la ciudadanía, decidió traer una solución fácil, de alto costo y contaminante”.