La economía nacional ya muestra señales recesivas concretas, desatadas por las consecuencias de la crisis cambiaria. Ayer se conoció que las ventas de autos cayeron en junio 18,2 por ciento en la comparación interanual y 17,2 frente a junio, mientras que el consumo de motos se redujo también en un 18,2 interanual y 36,1 mensual. El crédito hipotecario, otra fuente de actividad el año pasado, sufrió del mismo modo una dura contracción en junio, del 26,9 por ciento. La venta de autos y de motos, con preponderancia de los modelos importados, fue una de las pocas luces verdes del modelo de Cambiemos y ahora quedó en jaque con la suba del dólar. Esos números se suman a otras situaciones negativas en los sectores industriales de la metalurgia, materiales de la construcción, medicamentos, siderurgia, textil, calzado, marroquinería y química. La inflación minorista y mayorista alcanzó nuevos máximos, especialmente en la canasta básica alimentaria.

En el mercado inmobiliario, las operaciones en mayo en la Ciudad de Buenos Aires subieron un 15,5 interanual pero cayeron 1,5 por ciento frente a abril y las operaciones con crédito, otro eje de la economía el año pasado, bajaron un 26,9 por ciento mensual.

El descontrol del mercado cambiario, la disparada inflacionaria, las tasas de interés siderales, el ajuste fiscal, la sequía del campo, la suba de la tasa de la Reserva Federal y la ralentización de Brasil. Casi todas las variables juegan en contra de la economía argentina y confeccionan una crisis que el Gobierno minimizó hasta que le detonó en las manos.

Ayer se conoció que un sector mimado por el Gobierno quedó afectado por el nuevo escenario macroeconómico. Según Acara, en junio se patentaron 64.140 vehículos, 18,2 por ciento menos que hace un año. En el primer semestre, los patentamientos cerraron con una suba del 10,4 por ciento interanual. “Las cifras nos enfrentan a la paradoja de que finalizamos el mejor primer semestre de la historia, superando al de 2013 por 500 unidades, pero con un mercado que se está cayendo. Este descenso se explica por el impacto que la devaluación, con un fuerte aumento en el precio de los vehículos, especialmente el de los importados, que son el 73 por ciento de los patentamientos mensuales, y el segundo está relacionado a la estrepitosa caída de la financiación bancaria, por el aumento de las tasas de interés, que la ha reducido prácticamente a cero, algo que a nuestro sector complica  sobremanera”, dijo el titular de Acara, Dante Alvarez. “Habrá que ver qué mercado tendremos en la segunda mitad del año pero lo que es seguro es que será con cifras sensiblemente inferiores”, agregó.

El caso de los autos es ilustrativo porque durante el último año las ventas crecieron de la mano de los importados, alimentando un modelo de negocios que demostró ser insustentable. Se deterioraron las ventas de modelos nacionales e importados por parte de marcas instaladas en el país, como Volkswagen        (-17,4), Chevrolet (-23,3), Renault (-25,4), Ford (-29,1), Peugeot (-19,4), Toyota (-9,4) y Fiat (-5,9). La caída fue más fuerte en los autos de lujo importados: Dodge bajó un 45,5 por ciento, similar a Mini Cooper (-46,2), Alfa Romeo (-51,5), Volvo (-69,2) y Mitsubishi (-71,9).

En junio se patentaron 37.291 motos, una baja del 18,2 por ciento anual y del 36,1 mensual. “Se estima que la proyección de unidades para este año disminuirá fuertemente debido a la devaluación de la moneda y una demanda en retroceso”, dice el informe de la división de motos de Acara.

En simultáneo a los autos y la motos, hay datos desalentadores de todo tipo. En el sector de materiales de la construcción, otro caballito de batalla de la economía de Cambiemos, los despachos de cemento bajaron 3,8 por ciento en mayo, la primera caída interanual desde febrero de 2017, mientras que los permisos de edificación pasaron de crecer 9,5 por ciento interanual en 2017 a caer 1,6 por ciento en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2018. La producción de acero registra un alza interanual del 11,2 por ciento en mayo pero frente a abril hay una caída del 5,4 por ciento. “La construcción –principal demandante– continuó con el cambio de tendencia, mostrando un proceso de lento debilitamiento en la colocación de los pedidos de materiales”, evaluó la Cámara del Acero. En la metalmecánica, por primera vez desde el primer trimestre de 2016 la cantidad de empresas con perspectivas de que la producción caiga superó a las que esperan que aumente. El sector agropecuario está un 30 por ciento por debajo del año pasado a causa de la sequía. Operan en negativo el sector textil, calzado, marroquinería, medicamentos, química y neumáticos.

En el terreno de los precios, el IPC mayorista subió un 7,5 por ciento en mayo y la canasta básica alimentaria, que golpea de lleno a los sectores de menores ingresos, subió 4,8 por ciento mensual. Las ventas minoristas pymes cayeron un 4,2 por ciento en junio según la CAME. “La volatilidad del dólar y el deteriorado poder adquisitivo de las familias retrajeron las decisiones de gasto. Hay que tener en cuenta que ya en junio de 2017 las ventas habían caído un 1,4 por ciento, lo que refleja la difícil situación que atraviesa el comercio Pyme”, dice el informe mensual de la entidad que el presidente, Mauricio Macri, visitó la semana pasada.