La Cámara de Diputados sancionó ayer por unanimidad (202 votos a favor) la nueva Ley de Trasplante de Organos, Tejidos y Células, conocida como ley Justina, por la nena de 12 años que murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro luego de esperar durante tres un trasplante de corazón. Desde que supieron que necesitaba un trasplante, Justina y sus papás iniciaron una campaña para concientizar a la sociedad sobre la donación de órganos. 

El principal cambio que la ley aprobada introduce respecto de la anterior es la instauración de la categoría de donante presunto: toda persona mayor de edad que no haya expresado su negativa a la donación de órganos será tratada como donante. Hasta ahora, sólo se tomaban como donantes aquellas personas que hubieran manifestado expresamente su voluntad de donación (en caso de mayores de edad) o cuyos responsables legales quisieran donar sus órganos (en caso de menores de edad o personas tuteladas). 

Los objetivos de esta ley son no sólo aumentar la cantidad de donantes sino también que el sistema de salud esté capacitado para responder y que esos órganos lleguen en tiempo y forma a quien los necesita.

Los puntos sobresalientes de la nueva norma son: 

El proyecto fue impulsado por el senador de Cambiemos Juan Carlos Marino y los padres de Justina Lo Cane y busca “desmitificar, simplificar y liberar a las familias de tomar una decisión en el momento trágico de la muerte de un ser querido”. Tras la muerte de Justina, la solidaridad que despertó su caso se transformó en un pedido público para que la gente se inscribiera en la lista de donantes, que era la única posibilidad en ese momento. La campaña Multiplicatex7, que empezó en los momentos más críticos, se replicó en cientos de mensajes. “No muchos saben que si se convierten en donantes pueden donar hasta siete órganos y, gracias a algunos tejidos, salvarle la vida hasta 9 personas”, explicó entonces Ezequiel, el papá de la nena.

En la sesión de ayer, el primero en tomar la palabra fue el presidente de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetsky (PRO), quien recordó que la campaña de donación de órganos que movilizó el caso de Justina “hizo crecer la cantidad de personas dispuestas a donar como nunca antes”. A su turno, la presidenta de la Comisión de Salud, Carmen Polledo (PRO), dijo que la normativa cristaliza un “cambio de paradigma”. Por su parte, la titular de la Comisión de Legislación Penal, Gabriela Burgos (UCR), trajo a colación datos oficiales del Incucai que indican que en la actualidad hay 7738 personas en la lista de espera para trasplante de órganos, y advirtió que apenas el 6,41 por ciento de los argentinos son donantes.

Muchas diputadas, entre ellas Victoria Donda y Romina Del Plá, hicieron referencia a que se tratarían dos proyectos con nombre de mujer (el otro es el llamado ley Brisa, ver aparte) y que eran una oportunidad para subsanar un abandono del Estado (a las personas necesitadas de trasplantes en el caso de la ley Justina y a los huérfanos por femicidios en el caso de la ley Brisa). Fue además una sesión particular, ya que todos los diputados comenzaron sus ponencias manifestando sus condolencias a Emilio Monzó, que presidió la sesión pese a la muerte de su madre, ocurrida el martes 3.