Una publicidad está haciendo olas en redes, despertando un tsunami de respuestas positivas entre mujeres que –al grito de “¡Por fin!”, “¡Ya era tiempo!”– celebran cómo presenta y normaliza el vello femenino. Sucede que, para vender sus rasuradoras femeninas, Billie –tal es el nombre de la start-up estadounidense en cuestión– ha lanzado un aviso inhabitual, con enfoque realista, donde las protagonistas son mujeres de tupido pelo corporal (en las axilas, en las piernas, en el entrecejo, incluso en los dedos de los pies), gesto inusitado en publicidades de este tipo. De hecho, asegura la firma que “por más de un siglo, las marcas de maquinitas de afeitar para la mujer no han mostrado ni un pelito de su cuerpo...” Y evidentemente, ya era el momento. 

“La industria de la belleza, defensora empedernida de lo tradicionalmente considerado como bello, prefiere mostrar el resultado de sus tratamientos sin enseñar el ‘antes’: glúteos perfectos aplicándose una crema anticelulítica o chicas ultradepiladas que se empeñan en fingir el rasurado”, subraya el sitio Smoda en referencia a cómo cualquier pelo que no esté en la cabeza continúa siendo tabú en las campañas publicitarias de las empresas de cuidado personal. Salvo por Billie, que además vende su producto a precios más económicos que los habituales en Estados Unidos (están en contra del nefasto “impuesto rosa”) y donan un 1 por ciento de sus ganancias a organizaciones feministas.

“Las piernas suaves y sin vello a las que nos tienen acostumbradas nos parecían una forma arcaica de representar a la mujer. Además, siempre decimos que rasurarse es una elección: es tu pelo y nadie debería decirte qué hacer con él”, se despacha Georgina Gooley, cofundadora de una compañía que ha optado porque la pantalla devuelva una imagen real, sí, pero además ha querido dejar clarísimo que depilarse no es obligatorio, que hay quienes gustan dejar crecer su vello con orgullo y están hasta la coronilla de tener que explicar una elección personal. Algo que la publicidad de Billie aborda; sin más, remata el ad: “Cuando tengas ganas de rasurarte y solo si tenés ganas de rasurarte, estamos aquí”. 

“Cuando las marcas pretenden que todas las mujeres tienen cuerpos sin pelo, están haciendo body-shaming; les están diciendo que deberían sentirse avergonzadas de su vello corporal”, señala Gooley, cuyo aviso viral finiquita mostrando a algunas damiselas sin vello a la vista, amén de usar la mentada maquinita de afeitar; y enhorabuena, a otras con lustroso pelito en axilas, entrecejo y piernas, que emperifollan con secador y peine, sin intención de utilizar el eficiente producto de 5 cuchillas súper afiladas, envueltas en crema de aloe vera y demás…