La vasta experiencia de Elisa Carrió en destruir coaliciones electorales que ella misma ha forjado se ha convertido en una amenaza latente que ahora sufren sus aliados de Cambiemos. Las chicanas y la degradación que la chaqueña les propinó a sus ex correligionarios de la Unión Cívica Radical (UCR) hacen crujir a la alianza oficialista. Los cortocircuitos de Carrió con el Gobierno han tenido distintas facetas y nombre propios, pero el malhumor de la líder de la Coalición Cívica con sus socios políticos creció luego de la aprobación de la media sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que cruzó transversalmente al oficialismo y la aisló en su acérrima postura en contra de la legalización del aborto. 

Los mismos diputados de Cambiemos que aplauden los encendidos y provocadores discursos contra el kirchnerismo y el peronismo en el recinto, suelen callar cuando Carrió cava en la propia grieta oficialista. Esta vez,con distintos matices, los radicales reaccionaron (ver página 3). 

Pero las diferencias de Carrió con sus aliados se exacerbaron durante el debate por la IVE en Diputados. Ausente a lo largo de los dos meses de plenarios y debates, la fundadora de Cambiemos estalló en el recinto y amenazó con la ruptura tras la ajustada votación que dio media sanción al proyecto que impulsó el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. 

“Quiero dar una explicación porque represento a una parte de la sociedad que me ha votado. No he hablado para preservar la unidad de Cambiemos”, aseguró Carrió tras la aprobación de la media sanción sin que figurara entre la lista de oradores –detrás del macrista Daniel Lipovetzky que respaldó la iniciativa– y se levantó ofuscada de su banca. “Que les quede claro a todos. Que le quede claro a todos Cambiemos: la próxima rompo”, se le escuchó decir fuera de micrófono mientras se retiraba del recinto y remató: “Es el último esfuerzo que hago para preservar la unidad”.

Luego de intentar minimizar su amenaza, Carrió ratificó su postura antiderechos e involucró al Presidente al revelar una conversación telefónica con Mauricio Macri. La diputada sostuvo que Macri especuló con que no iba a salir el proyecto en la Cámara baja y por eso habilitó que su bloque lo tratara y aseguró que el presidente había sido ingenuo en el cálculo. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo que salir a desmentir los dichos de Carrió salvando los trapos propios: dijo que Macri nunca especuló y que dio luz verde al proyecto por su convicción en un debate democrático. 

El cruce de ayer con los radicales estaba teñido por el mismo tema. Carrió propinó el golpe ante propios, aliados y extraños, pero lo cargó sobre los hombros del diputado entrerriano de la UCR, Atilio Benedetti, quien la había invitado y le dio la bienvenida en las redes sociales. “¿No es así Benedetti?”, arrancó desafiante Carrió antes de jactarse de que arrastraba a la UCR: “al final, los radicales tienen que reconocer que están con una ex miembro que los maneja desde afuera. Divino”. “Hay buenos radicales, buena gente en el PRO, buena gente en la CC. Esto del aborto nos dividió un poco pero ya se va a recomponer la unidad”, se justificó enseguida Carrió. Benedetti había votado a favor la IVE.

Las respuestas de algunos radicales coincidieron con el motivo de las diferencias. “Si fuera que ella manejara la UCR desde afuera, el bloque radical hubiera votado en otro sentido con el tema del aborto. Los 6 diputados radicales por la provincia de Buenos Aires votamos todos a favor, como la mayoría del bloque”, dijo el bonaerense Alejandro Echegaray.

El encono de Carrió también alcanzó a los propios. En la última sesión se la pudo ver a la diputada sentada entre los presidentes de los otros dos bloques de Cambiemos: Mario Negri (UCR), el único radical con el que mantiene una relación amigable, y Nicolás Massot (PRO). El cambio de banca fue motivo de chicanas en medio de los cruces de Carrió con opositores. Lo cierto que el desplazado de ese sitial de conducción de Cambiemos lo ocupaba el lilito Juan López, uno de los hombres de mayor confianza de Carrió, pero el único de la CC que votó a favor de la legalización del aborto.