Un bebé de un año y medio murió ahogado en la madrugada de ayer en la localidad de Nogoyá, Entre Ríos, cuando, dormido, cayó de su cama al agua que había ingresado en su casa por el desborde del arroyo que da nombre al distrito. La crecida de este arroyo es consecuencia del intenso temporal de lluvia y viento que azota el litoral. Las autoridades locales informaron que, hace unos días, muchas personas de la zona fueron evacuadas por precaución, aunque esta familia insistió en quedarse.

Tras la caída de casi 150 milímetros de lluvia, el nivel del arroyo subió rápidamente. El jefe de la Policía Departamental local, Eduardo Stopello, aseguró que “la mamá le pidió al marido que vaya a verlo”. “No lo encontró en la cuna y se dieron cuenta de que estaba boca abajo flotando en 20 centímetros de agua que ya había dentro de la casa. El bebé cayó de la cuna y se ahogó”, precisó. Y contó que hace “varios días que llueve constantemente y esto generó el desborde del arroyo Nogoyá, que llegó a 7,55 metros”.

Por otra parte, alrededor de 20 familias permanecían evacuadas en tres localidades del interior de la provincia de Córdoba, luego de un fuerte temporal de lluvia que se había registrado hasta las últimas horas del miércoles, según los datos aportados desde la Dirección Provincial de Defensa Civil.

Las localidades más afectadas fueron Freyre, Morteros y Porteña, en el departamento San Justo, que está en la zona límite con Santa Fe

El intendente de Freyre, Augusto Pastore, manifestó ayer a los medios locales que en esa localidad se encuentran evacuadas unas 12 familias por anegamiento en sus viviendas, y que si bien “por ahora la situación está controlada, persiste una tenue lluvia”. Contó también que la mayor preocupación tiene que ver con el agua que se desplaza desde el sector rural y que intentan sacar con equipos de bombeos. La situación es similar en Porteña, con ocho grupos evacuados, y en Morteros, con tres evacuados.

Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional, explicó que en los últimos 10 días de diciembre llovieron entre 150 y 200 milímetros más de lo normal (lo que no ocurría desde hace 30 años) en el sur de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires, y eso fue determinante para provocar inundaciones en un territorio que soporta la desaparición de las pasturas, el monocultivo, la falta de regulación de los suelos y la escasez de obras hidráulicas. Las precipitaciones en enero fueron menores pero intensas, según informó la meteoróloga, y aclaró que “ayer cayeron entre 50 y 70 milímetros en el norte de Santa Fe y Corrientes”. La especialista aclaró que “hay que tener en cuenta otras oscilaciones intraestacionales, como la presión en la Antártida o la temperatura del océano Índico, que favoreció, y lo seguirá haciendo hasta el 20 de enero, el ingreso de muchos frentes fríos que son los que introducen las lluvias”.

Por otro lado, Miguel Angel Taboada, director del área de Suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), habló sobre el efecto adverso que provoca el mal uso de las tierras, en los últimos 20 años en Argentina.

“El factor principal que provoca las inundaciones es el clima, porque 250 milímetros en dos días es mucho y gran parte de los suelos de la Argentina tienen una capacidad limitada para absorberla, fundamentalmente por la desaparición de los pastizales en la zona pampeana y el desmonte del Norte argentino, además del monocultivo de la soja”, detalló el profesional.

Según explicó el especialista en suelos, por el monocultivo, principalmente de soja, y la falta de rotación de cultivos sólo consumen entre 400 y 500 milímetros de agua y el resto recarga los acuíferos, a diferencia de los pastizales, que absorbían 1000 milímetros al año.

Las dos grandes recomendaciones que Taboada brindó para prevenir las inundaciones recurrentes son generar una regulación en el cultivo de las tierras “para promover la rotación con otros cultivos, como el trigo y la avena y generar obras hidráulicas como terrazas para control de la erosión o cuencas hidrográficas que ordenen el escurrimiento del agua”.