La presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil, Laurita Vaz, rechazó en bloque un total de 143 pedidos formulados por personas que demandaban la excarcelación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, informó ayer esa corte. Los recursos de “habeas corpus” fueron rechazados en un mismo acto y en la misma línea que la jueza adoptó este martes para negar una acción similar intentada por un abogado que no integra el equipo de defensa del exmandatario. Este martes, Vaz también había declarado la “incompetencia” en el caso referido a Lula del magistrado Rogério Favreto, que el domingo pasado, como magistrado de guardia en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), generó un terremoto judicial al ordenar la “inmediata” liberación del exmandatario. 

Favreto se trenzó en una disputa judicial con el instructor del caso, Joao Pedro Gebran, quien anuló esa orden, y el conflicto finalmente fue zanjado por el presidente del tribunal TRF-4, Carlos Thompson Flores, quien mantuvo a Lula en prisión. En la decisión que negó los recursos en bloque, la magistrada Vaz explicó que los pedidos “estandarizados” de “habeas corpus” en favor de Lula fueron presentados por personas ajenas a la defensa desde el pasado domingo y que “sobrecargaron una rutina de trabajo que ya es suficientemente pesada”. 

Según Vaz, aunque todo ciudadano tiene derecho a dirigirse a la Justicia, “el Poder Judicial no puede ser utilizado para las reivindicaciones o manifestaciones de naturaleza política, ideológicas o partidarias, porque no es su misión constitucional”. A esas presuntas motivaciones se había referido la magistrada en el oficio en que, este martes, se pronunció en contra del “habeas corpus” inicialmente concedido en favor de Lula el pasado domingo. De acuerdo a Vaz, valiéndose de su condición de juez de guardia, Favreto generó “un tumulto procesal sin precedentes en la historia del derecho brasileño” y desconoció el rechazo a recursos similares en favor de Lula decidido anteriormente por tribunales superiores. 

También Vaz criticó que Favreto justificó su decisión en lo que, según dijo, constituía un “hecho nuevo”, que identificó en la condición de Lula de precandidato a la Presidencia para las elecciones de octubre próximo, pese a que había sido formalizada ya a inicios de este año. Según Vaz, “además de no traer nada nuevo, pues es una condición pública y notoria desde hace meses, tampoco constituiría un hecho jurídico relevante para autorizar que sea revisada la orden de prisión” dictada en abril contra Lula. De acuerdo con el Partido de los Trabajadores, fundado por Lula en 1980 y al que pertenecen los diputados que presentaron el pedido a Favreto, la negativa de la excarcelación es parte de una “conjura” del sistema político y jurídico para impedir su candidatura en unos comicios para los que las encuestas lo sitúan como favorito. 

El ex mandatario sufrió otro traspié judicial ayer cuando la jueza federal Carolina Lebbos, que está a cargo de su ejecución penal, rechazó los pedidos de entrevista de medios de comunicación locales con el ex presidente. La defensa había argumentado que, por ser precandidato a la presidencia, Lula debía poder ser entrevistado en las mismas condiciones que los demás candidatos. Sin embargo, la magistrada concluyó: “El preso se somete a un régimen jurídico propio, no siendo posible, por motivos inherentes al encarcelamiento, asegurarle derechos de la misma amplitud que aquellos ejercidos por el ciudadano en pleno gozo de su libertad.” Lebbos también negó el pedido del Partido de los Trabajadores de que Lula participase por videoconferencia en actos de pre campaña.