Italia rescató ayer a 450 inmigrantes ayer cerca de sus costas pero se negó a recibirlos. En medio de la incertidumbre, mientras los inmigrantes aguardan noticias en barcos italianos frente a la costa de Lampedusa, Giuseppe Conte, primer ministro de ese país, logró acordar algunos traslados con sus pares europeos.  

“Francia y Malta tomarán cada uno 50 de los 450 migrantes transbordados en dos barcos militares. Muy pronto llegarán las ofertas de otros países europeos. Éxito logrado después de un día de teléfono y contactos por escrito con los 27 líderes europeos” escribió Conte desde su cuenta de Facebook.  Después de que Italia ordenara el rescate de los migrantes en el mar pero denegara el ingreso del barco a sus puertos, Conte les recordó a sus colegas, que en la cumbre de la Unión Europea a fines de junio en la que Italia ya les había pedido al resto de los países que reciban a más migrantes.

Los inmigrantes llegaron en un gran barco pesquero desde Libia hasta pocas millas náuticas de la isla de Linosa, cerca de Lampedusa. Tras ser rescatados, fueron trasladados a un barco de italiano y a otro de la policía de fronteras Frontex. Según fuentes italianas, algunos inmigrantes se arrojaron al agua cuando vieron los dos barcos militares. Ocho mujeres y niños fueron llevados por la Guardia Costera a la isla de Lampedusa por su estado de salud. Según informaron varios medios italianos, este arribo muestra un cambio en el modo de viajar de los migrantes, porque usualmente partían desde el país norteafricano en botes y lanchas inflables sobrecargados, lo cual hacía prácticamente imposible su llegada a las costas italianas. Desde su llegada al gobierno italiano el mes pasado, el vicepresidente italiano Matteo Salvini ha informado que quiere reducir a cero el número de inmigrantes que llegan a sus costas. Salvini es además ministro de Interior y líder del partido ultraderechista La Liga y ha chocado por el tema migratorio con funcionarios franceses y españoles. Ayer fue blanco de una protesta en Vintimille (foto), en la frontera con Francia, donde un cartel pide despachar a Salvini a un bote inflable.