La Justicia procesó con prisión preventiva al músico Cristian Aldana, de El Otro Yo, y dictó un embargo de  2.500.000 pesos sobre sus bienes. Aldana, que está detenido desde el 22 de diciembre y que cumple preventiva desde un día después, fue procesado por “abuso sexual agravado por mediar acceso carnal y gravemente ultrajante, en concurso con corrupción de menores” por el juez de instrucción Roberto Ponce. Fuentes judiciales informaron que la defensa de Aldana ayer ya había apelado la medida, y que se aguardaba la resolución de la Cámara Nacional en lo Criminal, a la apelación anterior, por la preventiva que el acusado por diez jóvenes de haber abusado de ellas cuando eran menores de edad ya cumple en el penal de Marcos Paz.

Sobre Aldana ya pesaba prisión preventiva desde el 23 de diciembre, un día después de que fuera convocado a Tribunales para brindar declaración indagatoria. En la resolución que dictó la detención, el juez Ponce había evaluado que existía “riesgo de fuga, dado por las humillantes características de los hechos pesquisados, así como de entorpecimiento de la investigación, a partir de la incidencia que podría tener el imputado sobre las damnificadas”. El magistrado había considerado que en todos los casos investigados por la justicia hasta entonces resultaba evidente “la ausencia total de consideración a la minoridad de las víctimas” por parte de Aldana. Además, el denunciado también manifestaba “un claro desprecio al género femenino e incluso una falta total de respeto a la noción más elemental de la dignidad humana”.

Los peritajes practicados sobre seis de las jóvenes denunciantes demostraron, además, el impacto persistente de los abusos y maltratos a que habían sido sometidas por Aldana. “A consecuencia de los hechos denunciados, aquellas han presentado indicadores de trauma complejo por haber sido expuestas a condiciones estresantes graves, tales como negligencia, abuso físico, emocional y sexual”, señaló Ponce entonces. Todo eso tuvo consecuencias sobre “el desarrollo psicológico general de las mencionadas, a las que se les ha diagnosticado trastorno por estrés pos traumático extremo”.

Aldana, detalló el juez, se aprovechó “de su condición de ídolo musical de las víctimas”. “En aprovechamiento de la adoración que éstas le dispensaban, como así también de su inmadurez sexual, las forzó a mantener relaciones sexuales con él en forma violenta e intempestiva, accediéndolas carnalmente por vía vaginal y anal, y a practicarle sexo oral”, enumeró Ponce.En tanto, las jóvenes nucleadas en #YaNoNosCallamosMás, el espacio que reúne a denunciantes de abusos y violencia machista en el rock, entre quienes están quienes sustentan la causa contra Aldana, realizaron -y compartieron online– un cuadernillo para “hacer visibles este tipo de problemáticas, concienciar sobre ellas y de-construir las concepciones que este sistema generó”. “Necesitamos generar espacios de contención colectiva, expresándonos con arte y con testimonios, y proteger de la revictimización. Estamos reclamando nuestros derechos colectivamente”, señalan en el material, que incluye un amplio glosario (que abarca distintos tipos de abuso, y términos como “feminismo”, “feminazi”, identidades de género) y una guía de “datos útiles para hacer la denuncia”, con herramientas claramente diseñadas desde la experiencia (“¿qué hago si quiero denunciar y vivo con el violento o mis hijos viven con él?”, “¿qué pasa si el/los hecho/s ocurrieron hace muchos años?”, “¿qué hago si no tengo abogado/a que me patrocine?”) y con datos de recursos y organismos a los que recurrir. El material puede descargarse en https://yanonoscallamosmas.wordpress.com/fanzine