La compra de dólares para atesoramiento alcanzó en el primer semestre los 16.676 millones de dólares, el mayor nivel de la serie que el Banco Central publica desde 2003. El dato supera a la fuga de capitales del primer semestre 2008, cuando se produjo el lock-out patronal del agro que protestaba por la resolución 125 que fijaba retenciones móviles e hizo tambalear al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Además, en mayo y junio pasados se registró la más alta salida de dólares por atesoramiento para esos períodos desde 2003. Desde diciembre de 2015 (dos años y siete meses) se fugaron 50 mil millones de dólares en atesoramiento, casi la mitad que en los 13 años previos. Pero a diferencia de aquel período, la salida no se financió con superávit comercial e inversión extranjera sino con deuda externa. 

El levantamiento de los controles y el desmanejo económico le ganaron por goleada a la simpatía ideológica del “mercado” por Mauricio Macri. Paradójicamente, el gobierno de Cambiemos genera una clara desconfianza en los mercados cuyo costo pagará la sociedad por las próximas décadas.

“A partir de la apertura cambiaria, los niveles operados en el mercado se multiplicaron y la formación de activos externos neta del sector privado no financiero (es decir, las compras netas de las ventas de moneda extranjera con fines de atesoramiento) alcanzaron 9807 millones de dólares en 2016 y 22.148 millones de dólares en 2017. Durante el primer semestre de 2018, la salida de moneda extranjera por atesoramiento sumó 16.676 millones de dólares”, explica el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en su informe sobre fuga de capitales.

Desde diciembre de 2015 salieron 50.799 millones de dólares, casi el 90 por ciento de las reservas internacionales que actualmente posee el Banco Central. El dato contrasta con los 12.750 millones que se fugaron en 2012, 2013, 2014 y enero-noviembre de 2015, cuando regían las restricciones a la compra de dólares. Durante la primera presidencia de Cristina Fernández, que atravesó el estallido de la burbuja subprime y la crisis con el campo, la salida de dólares para atesoramiento ascendió a 70.135 millones. En tanto, en 2003-2007 la salida de dólares fue de 17.250 millones. Pero a diferencia de las gestiones anteriores, la salida de capitales durante el Gobierno de Cambiemos fue financiada casi únicamente por emisión de deuda externa por unos 66 mil millones de dólares por parte del Estado nacional.

Los datos oficiales muestran que la liberación de los controles a la venta de dólares permitió el aumento en la participación de los “peces gordos” en el mercado cambiario. Según recopiló el CEPA, en 2016, el 49 por ciento de la compra de billetes fueron operaciones inferiores a los 10 mil dólares mensuales, número que bajó al 43 por ciento en 2017 y al 39 por ciento en el primer semestre de 2018. En tanto, las compras de billetes que superan los 5 millones de dólares mensuales en los meses de mayo y junio representaron el 16 y el 13 por ciento, respectivamente, por encima del promedio del 9 por ciento del primer semestre.

En junio, la salida de dólares por atesoramiento fue de 3074 millones. El 39 por ciento de las compras brutas de billetes fueron operaciones menores a 10 mil dólares mensuales y fueron realizadas por el 96 por ciento de los clientes que compraron billetes (fueron 1.114.000 clientes en total). Es decir que el 4 por ciento de los clientes (44.560 personas) concentraron el 61 por ciento de las compras brutas de billetes.

Para tener idea más certeras de la salida total de dólares, a la compra de dólares para atesoramiento se le suma la merma de divisas por remisión de utilidades y dividendos, que en el primer semestre arroja un total de 818 millones. En tanto, la demanda de moneda extranjera destinada a turismo ascendió a 5544 millones de dólares en el período enero-junio. En total, durante el primer semestre, las salidas por dividendos, turismo y atesoramiento del sector privado no financiero representan un total de 23.038 millones de dólares según datos del Banco Central.