Tiempo atrás, miles de producciones académicas quedaban arrumbadas en algún depósito, en viejos archivos en sótanos o en lugares escondidos de las facultades. Pero hoy, como un laberinto borgeano de senderos que se bifurcan, las bibliotecas digitales no sólo se abren al maravilloso universo de los libros, sino también a incontables tesis, artículos, revistas y monografías. Sólo un teléfono celular, una computadora o una tablet nos separan de este mundo que parece extenderse hacia el infinito. 

Pero más allá de cualquier asociación poética, en un mundo globalizado, virtualizado e hiperconectado –y a pesar de muchos pronósticos apocalípticos-, las bibliotecas digitales se alzan como agentes democratizadores del acceso a la cultura y al conocimiento. 

Ante el ineludible escenario digital actual, las universidades enfrentan el desafío de apropiarse de las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Y en ese camino, muchas instituciones vienen realizando el pasaje del soporte papel al formato digital, pero no sólo digitalizan colecciones de libros, sino también producciones que nacieron en el seno de las aulas: en las bibliotecas digitales se pueden encontrar hasta tesis elaboradas a principio del siglo XX, tesoros a los que antes era difícil acceder.   

Así, bajo la premisa de digitalizar los contenidos, cada institución de educación superior fue determinando las condiciones específicas de producción y circulación de los productos, tales como catálogos, bases de datos, bibliografías, estadísticas, sistemas de información, índices, entre otros. 

DIGITALIZAR EL CONOCIMIENTO Y LA CULTURA 

Muchas universidades argentinas ya cuentan con la digitalización del conocimiento producido en ellas. Por ejemplo, en la UBA, el Sistema de Bibliotecas y de Información (SISBI) se constituye como un centro de referencia en la gestión, la organización, la preservación y la circulación del conocimiento que se gestó allí, mediante la creación de colecciones digitales y electrónicas propias.

Dentro del Sistema, se puede encontrar un catálogo colectivo que reúne a los catálogos de las bibliotecas centrales de las trece facultades, de los colegios, del CBC, de hospitales y de institutos de la UBA, con el fin de posibilitar, desde una misma plataforma y de manera centralizada, la búsqueda y la localización de los documentos que la universidad posee y pone a disposición de los usuarios. 

Allí, pueden consultarse monografías, revistas, periódicos, tesis aprobadas, materiales antiguos y especiales, o libros electrónicos adquiridos a perpetuidad por la universidad.   

La colección del SISBI incluye más de 600.000 monografías, unos 30.000 títulos de publicaciones periódicas y cerca de 20.000 tesis. Un total de 350.000 usuarios consultan el Sistema: 315.000 estudiantes, 30.000 docentes, 8.800 investigadores y 1.700 becarios.

UN LUGAR PARA LAS PRODUCCIONES DE POSGRADOS

En el SISBI se puede encontrar, a su vez, un Repositorio Digital Institucional que contiene producciones intelectuales y académicas de todas las disciplinas generadas en todas las facultades de la UBA, hecho que permite divulgar, preservar y dar acceso al mismo. 

El propósito fundamental es ofrecer un servicio de búsqueda especializada de información científica y académica sobre cualquier tema, facilitando la labor de docencia, investigación y estudio. Desde el buscador se accede al texto completo de las tesis de doctorado y maestría aprobadas en la Universidad de Buenos Aires.

Utiliza un protocolo que permite brindar los contenidos y, a su vez, compartirlos con otros repositorios. En la actualidad, cuenta con 8.710 tesis de posgrado, 14.702 artículos de revistas, 10.895 libros y documentos, 2.490 imágenes y 544 multimedia.

ASEGURAR EN EL TIEMPO LAS PRODUCCIONES ACADÉMICAS 

Dentro del enorme y rico universo de la UBA, se encuentra la Biblioteca Profesor Emérito Alfredo Palacios, unida a la historia de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) desde su nacimiento en 1913. Es una de las bibliotecas más importantes de la especialidad y atiende una población de 50.000 estudiantes, 4.000 docentes y 600 investigadores. Por año, brinda unos 60.000 préstamos y consultas anuales, y 130.000 lectores utilizan sus instalaciones.

Para facilitar el acceso a la bibliografía, se constituyeron bibliotecas en las sedes de San Isidro, Avellaneda, Paternal y La Costa. Asimismo, los tres institutos de investigación de la Facultad, que cuentan con una veintena de centros disciplinarios especializados, poseen más de diez bibliotecas que albergan unos 5.000 volúmenes entre todas.

Pero hace un tiempo atrás, la FCE es una de las tantas instituciones del país que también inició el camino a la digitalización. Hoy, cuenta con un repositorio científico que reúne 1.199 tesis de doctorado, 1.174 tesis de posgrado, 58 libros de la facultad, 299 documentos de investigación y 1.532 artículos de 13 revistas científicas. Además, posee una sección llamada memoria académica donde se pueden encontrar 541 fotografías, 325 videos y 121 artículos de revistas de divulgación científica. 

Desde la FCE se destaca la importancia de la iniciativa de la Biblioteca Digital como una respuesta al desafío de innovar y como una herramienta que permite cumplir con el compromiso de poner en línea de manera clara, sencilla y ordenada al conocimiento científico. Sin dudas, se trata de un desarrollo que no solo promueve el acceso a los contenidos sino que también permite multiplicar la visibilidad de investigadores, docentes y estudiantes cuyas obras pueden ser más leídas, consultadas y citadas.

De modo que, en la actualidad, no sólo se puede dar a conocer la producción del conocimiento, sino que también la facultad, sus institutos y sus centros de investigación incrementen su prestigio científico. En ese camino, las bibliotecas digitales aseguran, a su vez, la continuidad en el tiempo de la producción de los docentes, los investigadores, los doctorandos y los alumnos. 

La Biblioteca Digital de la FCE, además, está conectada con el Sistema Nacional de Repositorios Digitales del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Así, toda la producción generada en esa facultad está disponible en todos los repositorios digitales del mundo. Se trata, sin duda, de un avance en la visibilización de las producciones académicas a nivel nacional e internacional.

 

 

E-READERS PARA APRENDER


La semana pasada, la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Institucionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presentó los nuevos lectores electrónicos e-readers, a partir de los cuales se puede acceder a material de estudio de esa institución. 

El programa, inédito y pionero entre las universidades del país, tendría múltiples beneficios: economizar costos destinados a fotocopias de textos que utilizan los estudiantes; disminuir el impacto del uso de papel en el medio ambiente; y promover competencias y herramientas digitales para el aprendizaje acorde con las actuales necesidades y hábitos de consumo de los estudiantes.

Las ventajas impactarían, además, en otros aspectos: la iniciativa permite la lectura mientras el usuario se encuentra movilizándose; simulan la interfaz de libro impreso sin fatigar la visión; posibilita cargar varios documentos de texto en tan solo 190 gramos; permite subrayar, hacer marcaciones, tomar notas y compartir citas en redes sociales; además de ser compatible con audio-textos, hecho que brinda la posibilidad de ser usado por no videntes.

Los lectores electrónicos acompañan la continuidad del proceso de digitalización de la Facultad. Los nuevos e-readers se suman a una buena cantidad de antecedentes, entre los que se destacan la digitalización del material de estudios en el Centro Integral de Copiado (textosdigitales1); la producción de audio-textos de material curricular; el campus virtual; la App movil y EVAC.

ACERCA DE LA REDIAB


La Red Interuniversitaria Argentina de Bibliotecas (RedIAB), que se incorporó recientemente al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), funciona desde el año 2008. Entre otros proyectos, hoy trabaja en conjunto con la Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (RedIB) para incorporar la producción científica de las universidades en esta plataforma, promocionando la visibilidad de la producción a nivel internacional por medio de los editores científicos. 

SISTEMA NACIONAL DE REPOSITORIOS DIGITALES


El Sistema Nacional de Repositorios Digitales (SNRD) es una iniciativa del Ministerio de Ciencia y Tecnología que tiene como propósito conformar una red interoperable de repositorios digitales en ciencia y tecnología, a partir del establecimiento de políticas, estándares y protocolos comunes a todos los integrantes del Sistema.

UNA RED EN AMÉRICA LATINA


La referencia es un repositorio que da visibilidad a la producción científica de las instituciones de educación superior e investigación de América Latina. A partir de nodos nacionales, se integran artículos científicos, tesis doctorales y de maestría, provenientes de más de un centenar de universidades. 

REPOSITORIOS DE TODO EL MUNDO


En 2009, se lanzó la Confederation of Open Access Repositories (COAR), iniciativa que reúne y representa repositorios de más de cien instituciones de los cinco continentes. Su misión es mejorar la visibilidad y la aplicación de los resultados de la investigación a través de las redes globales de repositorios digitales de acceso abierto.