Ismael Suleiman es el hijo mayor de Rosario del Carmen Ramos y fue quien en 1999 se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para denunciar el secuestro de su hermano Marcos, que fue identificado hoy. Pero Ismael también fue secuestrado y apropiado. Vivió un año en la casa de la familia de un militar. Y se escapó. En realidad, huyó dos veces. La primera llegó hasta la estación de ómnibus donde trabajaba su tío. “Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.” La segunda llegó al hospital de niños. También lo agarraron y lo castigaron. Pero los trabajadores de la boletería de la estación, con quienes había hablado, pudieron avisarle a su tío, que junto con su padre logró rescatarlo.

“Marcos y yo estábamos en una casa del barrio San Cayetano. Mi mamá no volvía. Había sido secuestrada. Dos días después, nos levantan a nosotros y a tres personas más que estaban en esa casa. Nos llevan a Tafí Viejo. Nos tenían en una finca, una casa colonial, había palmeras, eso es lo que recuerdo. Y que una mujer me saca de los brazos a Marcos. Desde ese momento no lo veo más”. Así relata Ismael la separación de su hermano, cuando Marcos era un bebé de cinco meses y él un nene de seis años.

Al día siguiente de que se llevan a su hermano, Ismael vuelve a la ciudad de Tucumán. Lo dejan en una casa de la calle San Juan, con una familia de militares, donde pasa un año y medio.  

--Me escapé dos veces. La primera llegué a la Terminal vieja. La conocía; a pesar de la corta edad que tenía, me quedaba todo grabado. Pude escapar. Llegué a la boletería. Tenía un pariente ahí, que era mi tío. Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.

--¿Lo castigaban?

--Tremendamente.

--¿Cómo fue la segunda huída?

--La segunda llegué a la maternidad y me agarraron. Pero en la boletería ya le habían  dado toda la información a mi tío y él y mi papá organizaron para irme a buscar. Fueron por intermedio de un dirigente peronista, llevaron la documentación. Entre todo esto pasó un año y medio.

--¿Reconoció a su papá?

--De inmediato. Pero en esa época tenía que andar callado. Y así quedé.

--¿Supo algo más de las personas que lo habían apropiado?

--Sé que la señora falleció. Eran militares, de la fuerza. En la casa había otra chica, de 18 años, aparentemente no era hija de ellos.

Cuando Ismael y Marcos fueron secuestrados junto a su madre, su hermano Camilo estaba con su papá. Era un niño pequeño, de dos años. Un año después y medio después acompañó a su padre a buscar a Ismael. “Yo no tenía ninguna imagen de ellos en mi cabeza –reconstruye ante Página/12--. Pero entramos, había un pasillo largo, él me ve, viene corriendo desde la otra punta del zaguán y me abraza y eso es una cosa que nunca más me he olvidado. Ha sido una imagen que no me he sacado de la cabeza”.