El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, rechazó ayer la apertura de nuevas causas judiciales en el marco de la crisis independentista en Cataluña. Luego insistió en la necesidad de buscar una “solución política” a la situación que vive la región española. Por otro lado también anunció la creación de un mando único operativo para coordinar las actuaciones en las fronteras y en el Estrecho de Gibraltar en medio del drama migratorio que vive el país.

“El Gobierno de España no quiere abrir ninguna vía judicial más”, dijo el mandatario socialista en una rueda de prensa en la que hizo balance de sus dos meses en el Ejecutivo. Sánchez, quien llegó a La Moncloa gracias a una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy, tiene entre sus prioridades la normalización de las relaciones entre Madrid y Barcelona, que experimentaron una escalada de tensión a partir del pasado octubre.  El Ejecutivo de Rajoy intervino entonces la autonomía de Cataluña -a través del artículo 155 de la Constitución española- tras la aprobación  de una declaración en el Parlamento de la región para crear una república independiente. El “Govern” catalán, encabezado entonces por Carles Puigdemont, fue destituido al completo. 

La Justicia española abrió además una investigación sobre el proceso independentista, concretamente sobre el referéndum celebrado el 1 de octubre. Nueve políticos y líderes separatistas permanecen actualmente en prisión y otros seis se encuentran fuera de España para evitar ser detenidos. Desde su llegada a la presidencia, Sánchez abogó por dialogar con Cataluña “con la onstitución en la mano” para tratar de rebajar una crisis que, en su opinión, tardará en solucionarse. “Va a exigir mucha paciencia, pedagogía, generosidad y altura de miras”, señaló.

Por su parte, el nuevo líder de la oposición en España, Pablo Casado, quien tomó las riendas hace unos días del conservador Partido Popular (PP) tras la retirada de Rajoy, pidió el jueves a Sánchez “fortaleza” contra el independentismo catalán y le ofreció su apoyo para volver a aplicar el artículo 155 si se produce un nuevo desafío al Estado.  

En cuanto a los conflictos migratorios, Sánchez anunció que la nueva autoridad se encargará de la coordinación y el seguimiento de las operaciones relacionadas con la “inmigración ilegal”, los “recursos humanos y materiales necesarios”, así como la información que permita impedir la salida de embarcaciones con inmigrantes en los países de origen como Marruecos y así “evitar” su llegada a España.

En las últimas semanas, miles de migrantes africanos fueron rescatados mientras trataban de atracar en embarcaciones precarias en las costas del sur del país a través del Estrecho de Gibraltar. “Vamos a continuar estrechando nuestra cooperación con Marruecos y vamos a impulsar un plan de choque de 30 millones de euros para el refuerzo de la atención a pie de playa, la ampliación de las plazas de atención humanitaria y un nuevo servicio de acogida de emergencia”, destacó el mandatario español quien agregó que el mando único actuará de acuerdo a la ley y protegerá la vida de los refugiados. La migración estuvo en estos dos meses en el centro del debate y de las acciones del Ejecutivo socialista, que a final de junio ordenó la acogida del barco de rescate “Aquarius” después de que Malta y de Italia se negaran a darle puerto seguro pese a llevar más de 600 migrantes a bordo.