Juan Pablo Paulinetti es empleado estatal, vive en la Isla Maciel y denuncia que Presto Hoy le sacó el sueldo entero durante cinco meses consecutivos. Como si fuera poco, él también fue denunciado por el pagaré y se solicitó que su salario sea embargado. Había obtenido un préstamo de 20 mil pesos que iba a devolver en 24 cuotas de 4800. “La primera cuota en octubre me la sacaron según lo acordado, en noviembre descontaron dos cuotas de 4800 en lugar de una y de diciembre a marzo me sacaron todo el sueldo. Me debitan hasta las asignaciones que me da la Anses”, dijo. “No tenía plata para el alquiler ni para viajar al trabajo. Fue horrible, me causó muchísimos problemas. Del sueldo me quedaban con suerte 5 mil pesos”, contó Andrea Colamarino, otra damnificada, y agregó: “Nadie podía entender por qué yo trabajando no tenía plata, intentaba explicarlo pero es muy difícil, nadie te entiende.” Marcela Escudero, también víctima de esta red de financieras, contó: “Empecé con ataques de pánico, sentía que me moría, ¿cómo hago yo para vivir sin plata? A mi hijo se le rompían las zapatillas y no podía comprarle otras. No es justo. Yo quiero pelear por mi plata. Si yo pagué.” Calculó que le sacaron en de mas 106.800 pesos. “En diciembre me sacaron todo el sueldo y el aguinaldo, todo. Me dejaron sólo 84 pesos y en el momento que quise gastarlos en cigarrillos ya me los habían sacado”, reveló. “Cuando le quería contar a la gente lo que me pasaba no me salía, ¿cómo le digo que me dejan sin el sueldo?”, esta afirmación de Escudero se repite, como las historias de problemas de salud física y psicológica derivados del engaño. “Me llamaron para amenazarme”, añadió Marcela. “Me dijeron que me iban a embargar el sueldo, que debía 75 mil pesos, que era una estafadora. Es como si leyeran un libreto porque no te dejan hablar, dicen un montón de cosas y te cortan.” Las causas que llevan a las personas a endeudarse con PH van desde la cancelación de deudas que dejaron ex cónyuges tras un divorcio hasta solventar vacaciones o comprarse un vestido para un evento familiar. Según se desprende de los más de cien casos relevados, son muy pocos los que tienen acceso a un abogado. “Hay una construcción alrededor de las víctimas que hace la empresa para generar miedo y paranoia. Parece bien pensado”, analizó el psicólogo Gabriel Casanova.