Al Senado peronista no le cayó nada bien la estrategia del Frente Progresista de ir a sesión especial en Diputados para conseguir la media sanción del proyecto de reforma constitucional. Dice el sanlorencino Armando Traferri que la decisión expone aún más las internas que conviven en la coalición oficialista. “La reforma no tiene consenso ni en ellos mismos”, pegó el legislador y agregó: “Se aceleran los tiempos, ¿y en qué cambia? toda ley tiene sus tiempos de debate, mucho más la reforma”. José Baucero, en tanto, le tiró un guiño al gobernador Miguel Lifschitz y dijo que está “convencido” de que hay que revisar la Carta Magna. “Hay que debatirla, no podemos tirar la pelota para delante.”, avaló.

Lifschitz tendrá su Día D el 29 de agosto. Sabrá el gobernador ese miércoles si su deseo de reforma con reelección continúa con vida. Si los legisladores de la Baja rechazan la iniciativa, el gobernador tendrá que virar su estrategia y repensar su futuro político. La movida no solo inquieta al ex intendente de Rosario, también repercutirá sobre las alianzas electorales de 2019. Una cosa es una contienda con Lifschitz en cancha y otra sin él. Para los radicales, por ejemplo, es casi determinante. Y en el hipotético caso de que la reforma alcance los necesarios dos tercios, los 34 votos de diputados, las referencias opositoras de la Cámara Alta pusieron ya el grito en el cielo.

“Es todo muy desprolijo”, bramó Traferri, y se quejó de que la movida frentista apunta a exponer y responsabilizar de la caída del proyecto a la oposición. Para el de San Lorenzo, en realidad, “tanto hablaron de consensuar la reforma y no estaba consensuado ni entre ellos mismos”. El Frente Progresista, consideró, hizo públicas sus internas al presentar dos iniciativas de reforma distintas, una en Diputados, la ingresada por el Ejecutivo, y otra en el Senado, avalada por todo el bloque progresista. “No correspondía que metan un proyecto por senadores teniendo el proyecto por diputados, no me parece lógico en la política, no estaba ni consensuado entre ellos mismos, si tienen dos proyectos habla a las claras de que hace falta mucho debate para el proyecto que mandó el Ejecutivo, no estaba consensuado ni con el propio partido”, pegó.

“No estoy de acuerdo con las formas”, siguió. Y cuando se le preguntó por el futuro de la reforma en el Senado, si supera la sesión especial de Diputados, aventuró: “Si no se logra consensuar difícilmente tengan buen final, hay que estar muy dispuesto a escuchar a todas las partes. Es muy difícil imponer un proyecto, sea cual sea, por imposición va directo al fracaso, por consenso tiene 99 por ciento de chances de lograr el objetivo”.

Baucero, representante del Departamento San Javier, se distanció de su par, aunque aclaró una y otra vez que hablaba a “título personal”. “Es bueno, sobre todo para definir, cuando hablás de a uno todo el mundo está a favor, es un buen momento para que se pueda discutir, que cada uno exprese la opinión que tiene”, celebró, al tiempo que sostuvo que el proyecto del Ejecutivo merece modificaciones, artículos que deben ser modificados. “El partido tiene que opinar, no involucro a ninguno de los otros diez senadores, para mí un gobernador no puede no tener al menos una relección, como los presidentes comunales que tienen que gobernar cuatro años, que se va a debatir, se va a debatir, pero no podemos anticipar nada”, cerró.