Después de que Washington duplicara los aranceles al aluminio y acero turcos, Ankara multiplicó por dos los aranceles a una serie de productos de Estados Unidos. Las tensiones bilaterales han repercutido negativamente en el valor de la lira turca. 

El boletín oficial del Estado turco publicó una lista con 22 aranceles adicionales, entre otros, a vehículos, bebidas alcohólicas, productos cosméticos, papel y arroz de Estados Unidos. La ministra de Comercio, Ruhsar Pekcan, señaló que se doblarán los aranceles existentes, la citó la agencia de noticias Anadolu.

Las tasas para los vehículos importados de Estados Unidos aumentarán al 120 por ciento, mientras las bebidas alcohólicas procedentes de ese país se gravarán con un 140 por ciento. La tasa a los productos cosméticos y el tabaco pasa a ser del 60 por ciento y al papel y al arroz, del 50 por ciento. El vicepresidente Fuat Oktay tuiteó que Turquía aplicó el principio de reciprocidad tras “el ataque consciente de Estados Unidos”. 

El martes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan (foto) anunció un boicot a los productos electrónicos estadounidenses y mencionó en ese sentido los iPhones del fabricante Apple. No obstante, la lista no incluye aranceles adicionales a productos electrónicos ni tampoco se ha prohibido su importación.

Tras esta disputa comercial se sitúa el caso del pastor estadounidense Andrew Brunson, detenido en 2016 bajo cargos de terrorismo y espionaje. La Casa Blanca dijo que los aranceles que Turquía impuso a varios productos estadounidenses en represalia por las medidas similares que Washington tomó contra Ankara son “lamentables”, al tiempo que volvió a exigir la liberación de Brunson.

“Los aranceles de Turquía son lamentables y significan un paso en la dirección equivocada”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Estados Unidos defendió un arsenal de sanciones comerciales que han provocado el hundimiento de la divisa turca y empujado a las agencias reguladoras de ese país a limitar el flujo financiero para evitar la huida de capitales.

“Los aranceles impuestos por Estados Unidos a Turquía responden a intereses de seguridad nacional. Los suyos son una represalia”, afirmó Sanders. La funcionaria añadió que incluso si el pastor es liberado los aranceles se mantendrían.