“¿Es posible escribir nuestra propia historia evitando la vida en loop?”, se pregunta el director Federico De Battista después de un largo período de investigación que lo lleva a estrenar Looptopía, propuesta interpretada por Julia Tarditti y Carla Tealdi, que puede verse los viernes a las 21 en el Cultural de Abajo (Entre Ríos 579).

“Esta experiencia nace en febrero de 2017 por la necesidad compartida como colectivo artístico de expresar la búsqueda constante de (sin) sentido de la vida en sociedad, así nos sumergimos de manera intensa en esta premisa, poniendo el eje en el cuerpo como construcción de (sin) sentido a partir de la metáfora”, explicó el director a Rosario/12.

De Battista, actor y director (Telarañas, Anonymous, Carne de Juguete) se pregunta si es posible evitar la repetición: ¿es posible construir nuestra propia historia sin aquellas circunstancias que existen y se nos imponen, directamente legadas del pasado?

Para eso, el grupo decide trabajar con la idea conceptual de la repetición histórica tomando como eje estructural de la obra una frase de Carlos Marx extractada de su memorable El 18 Brumario de Luis Bonaparte.

“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces, pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”, escribió aquel teórico del socialismo en aquel célebre ensayo.

“Looptopía se construye como acto físico-político en la repetición: en sus comienzos todo sucederá a modo de tragedia para terminar y volver a empezar otra vez a modo de farsa”, observó De Battista al reinterpretar el lúcido trabajo de Marx, que resulta cada vez más vigente.

 “Estos cuerpos transitan separados por la virtualidad y el mundo de las imágenes como metáfora directa de la sociedad actual y al mismo tiempo generando la idea de estar atrapados infinitamente en un lazo en el cual la repetición es lo que se da por sentado”, dijo el director.

Se parte de un trabajo en la actuación donde el cuerpo esté en constante resistencia y exigencia tanto física como emocional, mostrando “cuerpos presentes y precisos que mutan en el transcurso de la obra: comienzan rígidos, tapados y angustiados, para volverse lánguidos, desvergonzados y festivos, invocando una rica variedad de matices en la actuación”.

-- ¿Cómo se armó la puesta en escena de semejante disparador dramático?, preguntó este diario.

-- Durante el proceso creativo se planteó un espacio escénico moldeable, una escenografía que contenga y que a su vez sea capaz de mutar, de modo que se adapte a las vivencias de quién lo habita, a las situaciones que acontecen dentro de él, como en un recuerdo o la satisfacción inmediata de fantasear.

-- ¿Cómo se conformó un plantel que enriqueciera el cruce de varios lenguajes artísticos que exige esta propuesta?

-- En sus comienzos, el equipo de trabajo estaba formado por las intérpretes Julia Tarditti y Carla Tealdi, y yo; pero al poco tiempo nos vimos en la necesidad y el deseo de incorporar y trabajar con artistas de otras disciplinas como la danza, las artes plásticas y la música.

El grupo se completa con Nicolás Zanni en la asistencia de dirección, Dolores Tealdi en dirección de arte, Fernando de Sarriera en la composición musical y sonora, Virginia Brauchli en la asistencia corporal y composición coreográfica, Maria Pilar Ramos en el diseño y realización de vestuario y Lucía Masellis en el diseño gráfico.