El Gobierno nacional finalmente concretó 101 despidos en las dos fábricas de Fabricaciones Militares en la provincia de Córdoba. En Río Tercero se despidió a 59 empleados, mientras que en Villa María el recorte alcanzó a 42 trabajadores. Los despidos abarcan a un 20 por ciento del personal de ambas plantas. En ambos casos se entregó un listado que fue leído en voz alta ante los trabajadores. Así fue como los despedidos se enteraron que habían perdido su fuente de ingresos. En Villa María, la persona que se puso a dar de viva voz los nombres no pudo evitar quebrarse mientras leía y se producían momentos de desconsuelo. El interventor de la empresa, Luis Riva, intentó justificar la medida con el argumento de evitar el “cierre definitivo”.

Especializada en químicos y talleres metalmecánicos, la fábrica de Río Tercero tenía hasta el viernes 439 empleados. Villa María, donde se producen pólvora y explosivos, totalizaba 375 trabajadores. Ambas plantas habían sufrido recortes de personal en diciembre pasado, con 53 despidos. El Ministerio de Defensa se había comprometido a no echar más trabajadores. A las pocas semanas llegó el cierre de la fábrica instalada en Azul, que dejó en la calle a 220 empleados. La fábrica de Río Tercero, de triste fama por la explosión del 3 de noviembre de 1995 que afectó a buena parte de la ciudad, tuvo como custodia a efectivos de Gendarmería, que llegaron a primera hora del viernes para “salvaguardar” las instalaciones ante la inminencia de los despidos que se anunciarían. Por la tarde, hubo una marcha en el centro de la ciudad en rechazo a la medida, mientras que en Villa María se marchó hasta el Concejo Deliberante.