Racing venció anoche a Vélez por 2-0 en Avellaneda y sumó su primer triunfo de la temporada. El local mostró una mejor cara que la de la fecha pasada, donde empató 2-2 con Atlético Tucumán tras estar dos goles arriba. Para el Fortín, fue el fin de un invicto de diez partidos.

A sabiendas de que no contaba con un mediocampo recuperador, Coudet propuso un Racing posicionado en campo velezano desde el inicio del encuentro. Esa búsqueda del error ajeno a través de la presión dio sus réditos cuando, a los 3 minutos, Bou recuperó cerca del área y descargó con Lisandro López para que el capitán saque un zurdazo que se desvió en Abram y descolocó a su arquero. 

La Academia encontraba una temprana ventaja que justificaría en los minutos siguientes con un juego rápido, a un toque, que alternó entre lujo y efectividad. Al equipo de Heinze, por su parte, le costaba hacer pie en Avellaneda. La premisa de poner la pelota contra el piso no coincidió con las imprecisiones de sus dirigidos. Ejemplo de ello fue, cuando el bueno de Vargas intentó parar un pase con el pecho, se le fue un poco largo y el lateral derecho Saravia le birló el balón inmediatamente. Ese sector fue el preferido por Racing para ejecutar sus ataques. A las constantes subidas del lateral se le sumaron los bailoteos de Centurión –el más mimado de la hinchada tras una problemática semana en lo extrafutbolístico–, quien apareció en todo su esplendor sobre el final del primer tiempo para habilitar a López y dejarlo mano a mano con el arquero Domínguez. Pero el suave zurdazo del goleador terminó en uno de los interminables brazos del gigante ecuatoriano.

Para colmo, si la mejor oportunidad para un complicado Vélez era aprovechar la velocidad de los suyos en algún contragolpe; el más rápido de ellos, Ramis, tuvo que salir reemplazado tras un choque con el arquero Arias en una de las numerosas ocasiones en que el arquero local tuvo que actuar de último hombre ante los pelotazos fortineros. 

Con el correr de los minutos, el viento sopló un poco más y se llevó, entre otras cosas, el dominio de los locales. Así fue que Vélez, a partir de la criteriosa conducción del prometedor Nicolás Domínguez se reencontró con la posesión de la pelota, lo que mejor le sienta. Pero tras poner en aprietos a Arias un par de veces, volvió a ser el del inicio y Racing no lo desaprovechó: el ingresado Pol Fernández puso el 2-0 sin marca ante la humanidad del arquero a los 83. Los minutos restantes sólo servirían para que Coudet saque a Centurión para la ovación y el diez confirme, una vez más, que tiene la confianza de los suyos, a pesar de todo.