La Justicia alemana anunció ayer la detención en Berlín de un islamista ruso, sospechoso de haber preparado en 2016 un atentado en el país con un cómplice francés, Clément Baur, ya detenido por otro caso en Francia.

Magomed-Ali C., a quien Fiscalía alemana  calificó de ser un “radical-islamista”, fue arrestado porque existía “la sospecha de que quería llevar a cabo un atentado violento sedicioso y un crimen con explosivos” en Alemania. Hoy, el detenido será llevado ante el Tribunal Federal para responder las preguntas del juez de instrucción.

El hombre es sospechoso de haber “preparado un atentado con bomba” en 2016 con su cómplice francés, detenido en abril de 2017 en Marsella (sur de Francia). Magomed-Ali C. había almacenado en aquel entonces “una cantidad considerable de TATP” (triperóxido de triacetona) en su apartamento de Berlín. En la detención se han implicado la unidad especial de seguridad GSG 9 de la Oficina Federal de Criminalidad, y otra de la oficina contra la criminalidad del estado de Berlín.

Desde hacía meses se le seguía la pista a Magomed-Ali. En octubre del 2016 se le habría acusado de tener una gran cantidad de material explosivo TATP. El 26 de octubre de ese año se llevó a cabo una acción policial preventiva contra Magomed-Ali C en su vivienda. La policía alemana pudo de esa manera interceptar los planes del sospechoso y evitar una masacre. Según fuentes de la Fiscalía alemana, ayer el arrestado habría querido preparar un detonador.

El TATP es un explosivo artesanal especialmente utilizado en los atentados perpetrados en París en noviembre de 2015 y en los de Bruselas en marzo de 2016, indicó la fiscalía antiterrorista alemana en un comunicado.

Sin embargo ayer no se encontró ningún explosivo durante su detención,  precisó la portavoz de la fiscalía, Frauke Köhler, durante una rueda de prensa. “El acusado, miembro del movimiento islamista radical, quería fabricar un explosivo con su cómplice actualmente detenido en Francia” y utilizarlo en Alemania, contra un lugar que no fue precisado, “con el objetivo de matar al mayor número de personas posible”, según la fiscalía.

En 2016, la policía berlinesa supo de estos preparativos y el 26 de octubre de ese año registró la vivienda e incautó las sustancias explosivas, pero los sospechosos fueron dejados en libertad.