“Como se dieron algunos resultados adversos creía que lo mejor era no seguir”, así calificó ayer Ezequiel Carboni a las últimas derrotas que provocaron su renuncia como entrenador de Lanús. Entre ellas se contabilizan el 0-1 con Aldosivi del último domingo, la eliminación en la Copa Argentina a manos de Atlético Rafaela (2-1) –de la Primera B Nacional– de la semana pasada y la caída por penales ante Junior de Barranquilla por dieciseisavos de Copa Sudamericana a principios de mes.

A pesar de los malos resultados, el Kely manifestó que recibió el apoyo del presidente del club y de sus jugadores para continuar, pero que la suya ya era una decisión tomada. “Russo (Nicolás) me dijo que seguía creyendo en mí y los jugadores también me manifestaron que valoraban mi trabajo. Les expliqué que no pasaba por un tema de fuerzas, tengo una familia muy arraigada al club”, dijo el ex DT granate en declaraciones televisivas.

Carboni, que jugó en Lanús entre 1998 y 2005, asumió el cargo tras la salida de Jorge Almirón, quien supo llevar al equipo del sur bonaerense a la final de la Copa Libertadores en 2017 para caer luego con Gremio, de Brasil. Pero al entrenador entrante, a quien se le encomendó la reconstrucción del equipo, no le ayudó la salida inmediata de muchos de los mejores jugadores de ese equipo: el goleador José Sand, el volante Iván Marcone y el capitán Maximiliano Velázquez, entre otros. “Asumí cuando había que hacer un ajuste importantísimo en cuanto al aspecto económico. Se fueron 19 futbolistas”, explicó Carboni.

Por último, el técnico de 39 años se refirió a los insultos que se escucharon en los últimos minutos de la derrota con los marplatenses. “Yo tenía pensado que si no sacábamos un resultado y, a pesar de mi amor propio, iba a dar un paso al costado. Ayudó a mi pensamiento el hecho que se manifestara”, indicó Carboni. “Me duele lo de la gente porque yo quiero a este club de verdad. Yo vivo a tres cuadras del club. Es mi vida. Sabía que me jugaba una parada difícil cuando acepté este desafío”, agregó.

Mientras tanto, Rodrigo Acosta, hermano de Lautaro y entrenador de la Reserva, se hizo cargo de manera interina de la conducción del Granate.