Las sonrisas de los chicos de sexto grado de la escuela 11 de Septiembre de Rawson, en San Juan, asoman ansiosas: están por partir hacia Embalse, en Córdoba, uno de los destinos de Turismo Educativo, el programa que depende del Ministerio de Educación y organiza viajes gratuitos para escuelas de zonas vulnerables. Las imágenes quedaron registradas en el video del décimo aniversario del programa, en 2014. Ahora ya no todo son sonrisas: en el primer año de gestión del ministro Esteban Bullrich el programa sufrió un recorte abrupto. De los 12 mil chicos que solían viajar cada año, en 2016 sólo lo hicieron 5.500, un 50 por ciento menos de lo habitual. Y este enero –mes que solía ser fuerte por los viajes de verano- directamente no viaja ninguno.

“Van a compartir experiencias nuevas con otros chicos con los que se van a encontrar allá y van a volver enriquecidos”, “Lo más lindo de mi trabajo es ver que se van de viaje y que lo puedan disfrutar. Cuídense mucho”, saludaban en aquel video de 2014 las maestras, tan contentas como sus alumnos. Para entonces ya habían viajado cuatro mil escuelas, veinte mil docentes y 200 mil chicos.

De los 12 mil chicos que solían viajar cada año, en 2016 sólo lo hicieron 5.500, un 50 por ciento menos de lo habitual.

El rumor del cierre de Turismo Educativo llegó hasta los directores de las escuelas que participan del programa, en su mayoría establecimientos a los que concurren chicos de bajos recursos, para quienes el viaje representaba conocer la playa o las montañas por primera vez. “Una trabajadora del complejo me avisó que este verano no viaja nadie. Para nosotros es un proyecto fundamental y sumamente inclusivo, los chicos esperan todo el año este viaje, es la primera vez que salen de Buenos Aires y conocen lo que es un rio que no está contaminado”, le contó a Página/12 Susana Reyes, directora del Instituto Arancibia, la escuela ubicada en el bajo porteño.

Según la experiencia del Arancibia, los viajes transforman a los chicos. “Llevan sus emprendimientos y están con chicos de todo el país. Es abrirles el mundo, la cabeza, la imaginación. Ni te imaginas lo que significa para un chico de la calle ir a un hotel con una ducha caliente y condiciones dignas. Hay hasta chicos que trabajan antes para comprarse las zapatillas y poder viajar”, sostuvo Reyes.

El recorte del programa no fue oficial pero sí de hecho y se da en el marco del desguace de otros programas de la Dirección de Políticas Socioeducativas. Los trabajadores del área no tienen mucha más información. Lo único que saben es que las autoridades tardan en confirmarles presupuestos y en aprobar los viajes y cuando sucede ya no queda tiempo para los preparativos.

“El recorte es un hecho. En enero del año pasado habían dicho que querían auditar el programa, pero este verano tampoco viaja nadie", explicó Eduardo López, de UTE.

Según fuentes cercanas al programa, los viajes solían estar planificados para las vacaciones de verano e invierno –con salidas en enero y julio- y hacia fin de año con los viajes de egresados, en octubre, noviembre y diciembre. Cada mes salían cinco contingentes de alrededor de 500 chicos de distintas escuelas del país acompañados por cuarenta docentes, quince educadores, diez talleristas y el equipo de logística y coordinación pedagógica del programa.

“El recorte es un hecho, de doce mil chicos viajaron menos de seis mil. En enero del año pasado habían dicho que como recién habían asumido querían auditar el programa, pero este verano tampoco viaja nadie. Los docentes que viajaron en octubre pasado todavía no cobraron”, sostuvo Eduardo López, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Para López, el programa significa mucho más que un viaje: “Son chicos que tal vez nunca salieron de la villa o del barrio. Lo que genera en los pibes es increíble.”

Trabajadores del Ministerio –que prefirieron no dar su nombre por temor a represalias- contaron que el recorte puede ser fruto de un cambio de jurisdicción de la órbita de Políticas Socioeducativas a la de Fortalecimiento Educativo. También que ahora el Ministerio de Turismo -del que dependen los complejos de Embalse y Chapadmalal, en Mar del Plata- le cobra al de Educación la pensión por día y por chico que antes era gratis, por lo que el presupuesto se vio afectado.

Consultados por este diario, desde la cartera que conduce Bullrich prefirieron no dar detalles. Sólo se limitaron a afirmar que el programa sigue.

Pame Villalva
Chicos de todo el país en el complejo turístico Embalse.