PáginaI12 En Italia

Desde Roma

Hay quien habla de un “intento de golpe de Estado”, otros de una “clamorosa” decisión sin precedentes en la historia de la Iglesia. Las acusaciones del ex nuncio –es decir embajador vaticano– en Estados Unidos, Carlo Maria Viganó, contra el papa Francisco y su público pedido de renuncia del pontífice, están dando una clara idea de cuán difícil es para el papa argentino convivir con los sectores más conservadores de la Iglesia y llevar adelante sus propuestas. La operación del arzobispo Viganó ha sido interpretada como una maniobra más de los sectores conservadores –muchos de ellos de Estados Unidos– para bloquear a Francisco.

 Cuando el Papa estaba de viaje en Irlanda este fin de semana, celebrando el Encuentro Mundial de las Familias, Viganó difundió una carta de 11 páginas en las que acusa a Francisco de haber encubierto al cardenal Theodor McCarrick de Estados Unidos, que estaba acusado de haber tenido relaciones sexuales con seminaristas y sacerdotes, todos mayores de edad. Y por eso el ex nuncio pide la renuncia del pontífice y de todos los cardenales implicados. 

 Se trata de “un hecho clamoroso que viola el juramento de fidelidad al Papa” de los miembros del la Iglesia y que representa “el enésimo intento contra Francisco llevado adelante por los mismos sectores que hace un año quisieron enjuiciarlo por lo que había escrito en su exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’” sobre la comunión a los divorciados, escribió el periodista y escritor católico Andrea Tornielli en el diario La Stampa de Turín. Un ex colega suyo de La Stampa y reconocido vaticanista, Marco Tosatti, dijo por su parte a la agencia estadounidense AP que él ayudó a Viganó a escribir la carta dirigida al Papa y le sugirió cuál era el mejor momento para difundirla.

 No fue casual que el documento se diera a conocer cuando el papa Francisco estaba recibiendo a numerosas familias de víctimas de abusos de parte de miembros de la Iglesia irlandesa y pidiendo perdón a todos ellos. En su viaje de retorno a Roma desde Dublín, Francisco no quiso hacer ningún  comentario sobre la carta. “Saquen usted sus propias conclusiones” les dijo a los periodistas. Y por supuesto fue criticado también por estas palabras que algunos interpretaron como de alguien que no quería hacerse cargo.

En la carta, Viganó habla de una primera denuncia contra McCarrick en el año 2000, comunicada al entonces nuncio apostólico en Estados Unidos, Gabriel Montalvo. Pero un día antes el papa Juan Pablo II había nombrado a McCarrick arzobispo de Washington y lo hizo cardenal un año después. McCarrick se jubiló a los 75 años como es normal para los cardenales. El papa Benedicto XVI habría sugerido algunas medidas contra el cardenal estadounidense, pero no todas se habrían puesto en práctica, según la prensa italiana.

Viganó dice haber enviado numerosas cartas a las autoridades vaticanas sobre este tema pero que nadie le hizo caso, especialmente a distintos secretarios de estado vaticano, es decir los números dos de la Santa Sede. Pero el arzobispo al parecer, no presentó documentos o pruebas de sus acusaciones junto a la carta.

El escándalo sobre McCarrick estalló en toda su dimensión en 2018, cuando apareció una denuncia de un hombre en Nueva York, abusado hace 50 años por el cardenal, cuando era menor de edad. Se abrió un procedimiento canónico regular contra el purpurado y se descubrió que había pagado para silenciar denuncias de seminaristas abusados en distintas ocasiones. Ante estos datos, Francisco impuso el silencio y la vida retirada al cardenal y poco después le retiró su grado cardenalicio.

 Si fue Francisco el que aparentemente más hizo sobre este tema ¿por qué Viganó se las toma contra él?. Hay quien hipotetiza envidias internas vaticanas y una esperanza de llegar a ser cardenal que nunca se concretó. Pero también problemas personales. Originario de una rica familia de Milán, ha tenido problemas con sus hermanos –uno de ellos le hizo juicio– en relación a la herencia de sus padres, según publicó el diario Il Corriere della Sera.

Pero otros seriamente hablan de un intento de “golpe de estado” como el profesor de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad Villanova de Filadelfia (EE.UU.), Massimo Faggioli, citado por la agencia italiana ANSA. Según Faggioli fue un intento de golpe de estado porque Francisco “no es suficientemente conservador”. El hecho es sorprendente además porque “importantes obispos estadounidenses han tomado una posición a favor de Viganó”, dijo Faggioli. Tal vez porque la conferencia episcopal norteamericana no está viviendo uno de sus mejores momentos ante los cientos de casos de abusos de niños que salieron a relucir recientemente en el estado de Pennsylvania, donde hay más de 300 sacerdotes implicados.