Colón y Unión finalizaron ayer sin goles en el Cementerio de los Elefantes tras brindar un olvidable clásico santafesino que por tercera vez consecutiva termina igualado. Con este resultado, el Sabalero sigue sin poder ganar en la Superliga (tres empates y una derrota), mientras que el Tatengue alargó un invicto donde tampoco abundan las victorias (tan sólo una, acompañada de tres igualdades).

En un encuentro en el que fue muy dificultoso pasar más allá de la mitad de cancha, ambos elencos se repartieron la posesión (50 por ciento por lado) y, también, las pocas situaciones de gol. La más clara la tuvo en los primeros minutos Bottinelli, que entró en soledad para cabecear un corner pero la tiró por arriba del travesaño. La mira desviada del ex San Lorenzo fue generalizada en el visitante, que casi nunca logró acertar al arco del uruguayo Burián. Mientras que en el de enfrente, donde Papaleo tuvo que ser reemplazado por Peano a los 26 por una lesión, hubo igual o menor actividad. La más difícil del primero sucedió en la jugada en que se lastimó, cuando no pudo atenazar un centro y terminó chocando con un rival al ir en busca de la pelota suelta. El reemplazante, mientras tanto, sólo fue inquietado por un remate desde lejos de Bastía sobre el final del encuentro. El ex Racing de 39 años fue de lo más decente del partido.

“Ninguno se dedicó a jugar. Nosotros no tuvimos situaciones. Tenemos dos competencias (Colón también juega Copa Sudamericana) y hay que seguir”, consideró el delantero sabalero Correa tras el pitido final, en lo que fue la única buena definición del clásico de Santa Fe.