En la Liga de España se macera un conflicto de consecuencias imprevisibles. La idea de sus dirigentes, liderados por Javier Tebas, de llevar un partido oficial de ese torneo a Estados Unidos a partir de un acuerdo con la corporación Relevent, instaló la posibilidad de una huelga de jugadores. La AFE, asociación que los representa, ya se reunió para tratar el tema sobre el que no fue consultada y anunció que tomará una decisión este mes. Sergio Busquets, del Barcelona –y además vicepresidente del sindicato–, dijo que “estamos todos unidos en el mismo camino” que no es el del contrato firmado por la Liga Profesional de Fútbol (LPF) con los empresarios de EE.UU. David Aganzo, el secretario general del gremio, agregó que ya cuentan con el apoyo de la FIFPro, la federación sindical de futbolistas profesionales. “No estamos en venta. Ir a Estados Unidos es una locura, no hay tiempo material en el calendario”, agregó el ex jugador de Rayo Vallecano y Real Madrid.

En la vereda de enfrente, Tebas explicó: “Estamos volcados en fomentar la pasión por el fútbol en todo el mundo. Este revolucionario acuerdo sin duda dará un impulso fundamental a la popularidad de este hermoso deporte en Estados Unidos y Canadá”. El convenio que firmaron la LPF y Relevent tiene vigencia por quince años, implica una joint venture que sus partes elogian, pero desconoció el derecho de los futbolistas a ser escuchados. Entre ellos están varias figuras mundialistas: Lionel Messi, Sergio Ramos, Luis Suárez, Luka Modric, el brasileño Marcelo y el francés Umtiti, por mencionar a un puñado. 

Aganzo le respondió a los directivos que “el problema es la falta de sentido común, solo se piensa en los beneficios económicos y a nadie parecen interesarle los hinchas”. Los precios para ver al campeón del mundo Real Madrid en el estadio Santiago Bernabeu varían demasiado. Si se tomaran las plateas laterales, el abono tradicional de la temporada 2018/19 –que permite ver la Liga y la Copa de España– cuesta 606 euros y el que incluye la Champions sube a 796. En un fútbol bien organizado y donde se pagan palcos y plateas anualizados, ¿qué pasaría con el partido que se elegirá para ser disputado en Estados Unidos? ¿Y si fuera uno que jugaran Barcelona y el Madrid entre sí o de local cualquiera de los dos ante otro rival? ¿Qué sucedería con las personas que pagaron por adelantado? ¿Las compensarán? No puede descartarse ninguna posibilidad y sobre todo cuando se pretende instalar el torneo español en Estados Unidos a ocho años del Mundial 2026. Negocios son negocios.

El diario deportivo Marca que se edita en Madrid y en diciembre cumplirá ochenta años, se hace esas preguntas y otras, como ¿en qué tramo de la Liga se jugará el partido acordado en EE.UU. con Relevent? ¿O en qué momento del día?, si se toma en cuenta la diferencia horaria entre los dos países. Aganzo informó después de la reunión entre jugadores en el sindicato que “esto necesitamos arreglarlo con los directivos. Los capitanes están furiosos, están en contra de esto de forma unánime”. La AFP ya tiene otros conflictos con la Liga española por las altas temperaturas en que se juegan los partidos, los controles severos para inscribir futbolistas que dejaron a varios sin club y ahora se agregó el contrato que permitirá jugar un encuentro por temporada en Estados Unidos. Sería la primera vez en la historia de la Liga. Una señal más de que la globalización en el fútbol está en su apogeo y mira seguido hacia mercados como China y Estados Unidos.

“Nos estamos acostumbrando a cosas antinaturales. Ha llegado el momento de decir basta”, declaró Aganzo tras tomarles el pulso a los capitanes que convocó su gremio en Madrid. Allí estuvieron Ramos (del Madrid), Busquets (del Barcelona), Koke (del Atlético Madrid), Bruno Soriano (del Villarreal) y el vasco Illarramendi (de la Real Sociedad), entre otros. La chance de que se convoque a una huelga para frenar el acuerdo fue evaluada en el encuentro y podría materializarse o no este mes. “Vamos a intentar no llegar a ese extremo, pero estamos dispuestos a ir hasta el final si es necesario”, informó el secretario general del sindicato. También apuntó contra Tebas con una ironía: “Me gustaría vestir a Javier Tebas de corto, para que vea el fútbol de otra manera y que se dé cuenta de que no es sólo dinero y negocio”. 

El poderoso dirigente del fútbol español tiene una influencia que excede con holgura a su propio país, aunque en rigor es oriundo de Costa Rica. Abogado franquista y nostálgico del generalísimo, el personaje es bien conocido en la Argentina. Vino en 2016 a pregonar las bondades de las sociedades anónimas deportivas. Aprovechó también para abrir en Buenos Aires su empresa Tebas Lawsport. Es un viejo conocido de Marcelo Tinelli, a quien aconsejó en 1998 la compra del club Badajoz. Había sido su asesor jurídico hasta que pasó a controlarlo cuando el conductor televisivo lo abandonó en el 2000. Ahí tuvo una participación el presidente Mauricio Macri cuando gobernaba Boca, casi quince años antes de llegar a la Casa Rosada.

El convenio que firmó Tebas para crear la Liga North América, la filial de su hermana mayor en España y por una extensión de quince años con dividendos iguales entre las partes, incluye la representación del torneo para Estados Unidos y Canadá que quedará en manos de Relevent. “Esta extraordinaria joint venture es el siguiente gran paso en la creciente popularidad del fútbol en Norteamérica”, declaró Stephen Ross, presidente y multimillonario propietario de la compañía, con argumentos parecidos a los que se vienen diciendo desde los años 70, cuando el Cosmos de Pelé y Beckenbauer iniciaba un largo camino repleto de espinas. Cinco décadas después, el fútbol no prendió como se esperaba. Pero si amplió su base de popularidad, fue gracias a la numerosa colectividad mexicana a la que Donald Trump pretende detener con un muro. 

Ross es un desarrollador inmobiliario de Manhattan, con inversiones en Puerto Madero y que también se interesó en las tierras del corredor norte de la Capital Federal donde el gobierno porteño permitirá construir en el predio que ocupa todavía el Tiro Federal en Núñez. Es el dueño del equipo de fútbol americano Miami Dolphins y en noviembre de 2017 se reunió en Nueva York con el presidente Macri. Le dijo que quería organizar un Boca-River en el estadio Hard Rock de Miami donde juega como local su franquicia de la NFL. Ahora va por un Barcelona-Real Madrid. Una encuesta del diario español La Vanguardia, a poco de conocido el contrato entre su compañía Relevent y la LPF arrojó que el 82,91 de los votos fue contrario a la iniciativa y apenas un 17,09 se pronunció a favor.

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