La inflación contagia los precios de los insumos médicos y ortopédicos. Los precios de las sillas de ruedas, bolsas recolectoras de orina, termómetros, nebulizadores, camas ortopédicas y andadores escalaron 232,7 por ciento entre julio de 2015 y septiembre de 2018. Un relevamiento realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores (Ceppema) y la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (Algec) identifica aumentos de hasta 413 por ciento a lo largo del período. El salto en la cotización del dólar sobre esos productos esenciales para los cuidados fue acompañado por subas de hasta 23,81 por ciento a lo largo de los últimos dos meses. 

“La magnitud de los aumentos analizados hace mella en los derechos de las personas mayores. El incremento desmedido de estos insumos necesarios aleja a los adultos mayores de la protección que les corresponde en cuanto a su salud, a su autonomía e independencia, a su accesibilidad y movilidad personal”, advierte el informe al señalar que “la situación se ha visto agravada por el contexto inflacionario y en particular por el incremento del valor de la divisa estadounidense”.

La inflación en los insumos médicos es acompañada por una aceleración en el precio de los remedios. Un relevamiento realizado por Ceppema, Algec y CEPA muestra que el precio de los cincuenta medicamentos más consumidos por los adultos mayores se disparó 157,8 por ciento en promedio entre mayo de 2015 y agosto de 2018. El estudio identifica aumentos de hasta 351,2 por ciento a lo largo del período. El informe incluye un relevamiento preliminar para la primera semana de septiembre que evidencia una nueva aceleración en los precios de los remedios hasta el 172,1 por ciento como consecuencia del salto en la cotización del dólar. El medicamento que acumuló la suba más significativa entre mayo de 2015 y la primera semana de septiembre de 2018 fue el Atenolol, un fármaco para el tratamiento de hipertensión arterial, taquicardias y otras enfermedades cardiovasculares. El medicamento aumentó de 67 a 311,32 pesos, una escalada de 364,7 por ciento.

Los medicamentos representan más de la mitad de los gastos mensuales de los jubilados cuyo poder adquisitivo no sólo se ve afectado por la mayor inflación sino también por la modificación en la fórmula de actualización de los haberes y el recorte en las prestaciones del PAMI. “Resulta cada vez más evidente la situación de retroceso y el proceso de deterioro de las condiciones de vida de las personas mayores”, advierte el informe al referirse al retroceso en el poder adquisitivo de las jubilaciones. “Al mismo tiempo que PAMI recorta sus prestaciones y disminuye la cobertura de medicamentos, se registra una tendencia preocupante de incremento sostenido de los precios de venta de los mismos”, sostienen Mónica Roqué de Algec, Federico De Marziani de Ceppema y Hernán Letcher del CEPA. El PAMI no solo restringió la cobertura de medicamentos sino que también eliminó programas de prevención de enfermedades recurrentes, redujo las prestaciones de trasplantes y limitó la cantidad de alimentos que entrega a los centros de jubilados.

Entre los insumos médicos el aumento más relevante se verificó en las sillas de ruedas. El implemento imprescindible para el ejercicio de la autonomía escaló 413,3 por ciento desde mediados de 2015. Los relevamientos oficiales indican que uno de cada tres adultos mayores experimentó una caída. Las mujeres son las más perjudicadas por esos accidentes ya que se fracturan en un 63 por ciento de los casos mientras que los varones lo hacen en un 29 por ciento. 

“El uso de ayudas técnicas y productos de apoyo como lo son las sillas de ruedas, los bastones, andadores y camas ortopédicas resultan fundamentales para tratar estos problemas de salud y sus consecuencias y mantener la independencia y autonomía de las personas mayores el máximo posible. Lamentablemente hoy estos productos se hacen inaccesibles”, sostiene el informe al dimensionar el aumento de esos insumos. Un modelo de andador plegable de aluminio reforzado que subió de 1060 a 3706 pesos, un aumentó un 249,6 por ciento. En tanto, un andador con asientos y ruedas reforzadas que hace tres años podía adquirirse por 2890 pesos se obtiene hoy por 10.874 pesos, un aumento del 276,26 por ciento.

Por su parte, implementos sanitarios que podrían encontrarse en cualquier hogar como por ejemplo un termómetro chato sin mercurio pasó de 55,21 a 264,94 pesos, un 379,88 por ciento más en tres años. La cinta adhesiva microporosa, en tanto, escaló un 254,8 por ciento y los bastones de madera con mango “T” de 91 cm de largo aumentaron el 135,4 por ciento de acuerdo al relevamiento difundido ayer.