El Fondo Monetario Internacional volvió al país. Una nueva comitiva encabezada por el jefe de la misión para la Argentina, Roberto Cardarelli, llegó a Buenos Aires para retomar las negociaciones con el Gobierno. “El personal del Fondo trabajará intensamente para identificar cómo el FMI puede brindar un mejor apoyo a la Argentina frente a la renovada volatilidad financiera y un entorno económico desafiante”, indicaron a PáginaI12 desde el organismo multilateral encabezado por Christine Lagarde. El objetivo oficial es reformular el cronograma de desembolsos previsto en el acuerdo stand-by. El Ministerio de Hacienda apuesta a que la flexibilización del acuerdo rehabilite el flujo de financiamiento de los mercados internacionales. A cambio ofrece una prueba de amor: la profundización del ajuste fiscal para alcanzar una situación de “déficit cero”.  

“El equipo del FMI se encuentra actualmente en Buenos Aires para continuar las conversaciones con las autoridades argentinas para trabajar en torno al fortalecimiento del programa respaldado por el FMI”, indicaron los voceros del organismo multilateral ante la consulta de este diario. Aunque no ofrecieron precisiones sobre los plazos, desde el FMI indicaron que “nuestro objetivo común es llegar a una conclusión rápida de estas discusiones para presentar una propuesta al Directorio Ejecutivo”. Los funcionarios argentinos reconocen que la respuesta a la solicitud podría llegar hacia fin de mes.

“Siguen las negociaciones”, señalaron los colaboradores del titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne. Las conversaciones con las autoridades del FMI comenzaron la semana pasada cuando el funcionario que ayer fue dado de alta tras quedar internado en observación por fuertes dolores abdominales y torácicos viajó a Washington para reunirse con Lagarde. El día anterior, Dujovne había anunciado un paquete de ajuste adicional que, junto con el recorte en el gasto, contempla un nuevo esquema de retenciones. “Si el presidente Macri incluye reformas serias en su plan entonces las vamos a analizar, evaluaremos su impacto sobre la situación macroeconómica del país, determinaremos la sustentabilidad de la deuda y trabajaremos con ellos”, sostuvo anteayer la abogada francesa al medio británico Financial Times. 

El Banco Central ya lleva perdidos más de 12 mil millones de dólares de Reservas desde el 21 de junio, cuando el FMI hizo el primer desembolso de 15 mil millones. Lagarde, en la mencionada entrevista, había referido que esperaba, de la política monetaria argentina, “claridad, transparencia, información adecuada y debida para los operadores del mercado”, así como “una mejor comunicación “ sobre el rumbo de las políticas económica y financiera. Lagarde no sólo se refirió a la falta de claridad en el detalle de los ajustes que el gobierno está dispuesto a hacer para recibir el crédito stand by que le ofrece el FMI, sino que también puso condiciones a la política cambiaria del macrismo.

En paralelo a las conversaciones bilaterales con el FMI, Macri mantuvo ayer una conversación telefónica con la mandataria alemana Angela Merkel. Desde la Casa Rosada informaron que la canciller germana habría expresado su respaldo a la solicitud realizada al Fondo (ver aparte).

Hace dos semanas Macri emitió un discurso de apenas 100 segundos para anunciar que había acordado con el FMI “adelantar todos los fondos necesarios para garantizar el cumplimiento del programa financiero del año próximo”. Sin embargo, horas después quedó claro que había dado por cerrado un acuerdo que no existía. La mentira presidencial agudizó la desconfianza entre los inversores. Desde entonces, el precio del dólar se disparó y el Banco Central tuvo que dilapidar reservas para intentar frenar la corrida.