La marca de calzado y ropa deportiva Gaelle cerró su planta de la localidad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. La empresa dejó en la calle a los últimos 60 operarios que mantenían sus puestos de trabajo, tras una ola de cesantías. En 2015 contaba con 350 trabajadores, pero la apertura de importaciones cambió la lógica del negocio, en un contexto de incesante caída de las ventas en el mercado interno. “Cerraron las puertas sin ningún aviso, sólo una notita pegada. Hasta hay pertenencias nuestras que están adentro y no las pudimos sacar”, contó una ex empleada de Gaelle.