”Desde el comienzo intentamos expandir la frontera que limita el público adulto del infantil, por eso rotulamos la obra como “recital de literatura para grandes chicos”, explica Pablo Bernasconi, autor de Mentiras y moretones, propuesta que comparte con Pablo Ríos en guitarra y Eugenio Davide en actuación y que podrá verse el sábado 29 y el domingo 30 a las 18 en el Teatro Municipal La Comedia (Mitre 958).

El espectáculo es un concierto de literatura que habla de la forma en que tomamos las caídas, los golpes, y de cómo uno se repone apelando al arte, el juego y la poesía. “Desde la impronta del libro, el respeto a la niñez está dado por la forma en que cuidamos la imaginación del otro, sin ser condescendientes ni crípticos, es decir, tratando de evitar al máximo la soberbia”, dijo el músico Pablo Ríos a Rosario/12.

Otra de las particularidades de Mentiras y moretones es la participación del espectador-lector en el universo que los creadores van proponiendo a cada instante. “Por eso en la obra no hay disfraces; prácticamente no hay escenografía, la dibuja Pablo en vivo”, develó Davide.

El público se encontrará con astronautas telúricos, elefantes y telas de araña, monstruos bajo la cama, trompetas que cobran vida, hamacas rebeldes, bomberos enamorados y muchas más historias que ejemplifican y conducen simbólicamente los relatos desde la impronta estilística de Pablo Bernasconi. Según el actor Eugenio Davide, la música y los climas consolidan las atmósferas para que quien la vea logre integrar una experiencia en la que no todo está servido.

“Creemos en el esfuerzo del espectador por asumir un trabajo interno de construcción de sentido, así es el libro, y así es también la obra”, dijo el actor.

-- ¿Hay antecedentes de otros trabajos con la misma búsqueda estética?, preguntó este diario.

-- Esta es nuestra primera obra teatral como grupo, por lo que en conjunto no teníamos antecedentes de lo que estábamos por hacer. Cada uno por separado tenía experiencias en diferentes ámbitos de la literatura, el teatro y la música, pero justamente lo que combinamos aquí supuso el mayor desafío al tratar de nutrirnos de saberes e ideas -analizó Ríos.

Los tres coinciden en que el primer desafío fue cómo trasladar una obra literaria visual, un libro álbum que combina metáforas complejas con cuentos, en una puesta teatral.

“Para eso nos juntamos durante casi un año a trabajar con los textos de Pablo; teníamos el libro, pero no teníamos idea de cómo soldarlo con un escenario, la fórmula fue jugar, nos divertimos, establecimos reglas, corregimos, compusimos y debatimos”, admitieron el músico y el actor. “El cruce multiplicador y generoso –acotó Bernasconi- es un fractal de posibilidades que uno tiene que editar sin red. En ese momento no teníamos idea de lo que podía suceder, pero sí la confianza de que ciertas directrices estaban claras”.

Los creadores de Mentiras y moretones se entusiasman con la idea de no contar con un director, la experiencia navegó por sus propias opiniones, hasta dirigirse hacia los lugares en donde cada uno por separado se sentía a gusto. “Luego, todo eso se volcaba a lo grupal. Así fuimos aprendiendo a respetar la obra como un ser orgánico, mutaba y se transformaba cada vez que la interpretábamos”.

Finalmente, cada uno protegía un aspecto en particular y podía corregirlo: Pablo Ríos desde la música, Eugenio Davide desde lo actoral y escénico, y Pablo Bernasconi desde los textos y lo visual.

-- ¿El concepto de "concierto de literatura”, no parece por momentos un tanto solemne?

-- Sí, es un lugar donde la obra oscila continuamente: ¿Es para niños? ¿Es para adultos? Hay mensajes para todos. El concierto nos acercaba a la idea de una propuesta coral, que integraba instrumentos y voces, piezas y repertorio.

El cruce de lenguajes no sólo implica las herramientas que usamos, sino también los géneros y universos que a veces son tan infantiles como adultos; unos y otros pueden asimilar espacios que terminan sumando sentido”-dicen estos ingeniosos creadores.

Al ser interrogados acerca de la similitud del formato de la obra con cierta estética propia de Les Luthiers, el grupo reconoce algunos puntos de contacto a partir de la concepción que tienen del humor.

“El humor es una clave indiscutible para trasladar conceptos muy extensos y profundos que, de otra forma, hubiesen sido demasiado densos y herméticos, si pensamos bien, la propuesta que hace Les Luthiers tiene mucho de eso: el cuidado, el respeto, la no condescendencia, evitar el acto soberbio, aún a costa de manejar un lenguaje claramente ambicioso y complejo”, dijeron.