Rosario estuvo paralizada ayer durante todo el día, con la mayor parte de los comercios cerrados, aún los pequeños. Sin colectivos ni taxis, las calles estaban desiertas. No fue un paro dominguero: la modorra de la peatonal Córdoba sin actividad se sacudió una y otra vez ante las nutridas columnas sindicales que la surcaron en las movilizaciones hacia los dos actos sindicales. Al mediodía, el cruce de Córdoba y San Martín congregó a una multitud calculada en 20.000 personas en el acto conjunto del Movimiento Sindical Rosario y la Central de Trabajadores Argentinos. Un rato antes, en la plaza Pringles, la Unidad de Acción Sindical integrada por la UOM, Smata y Empleados de Comercio, entre otros gremios, había realizado su concentración. “Rosario vuelve a ser la capital nacional del paro activo”, arengó desde el escenario Sergio Rivolta, de La Bancaria, en el acto del MSR. Entre las dos convocatorias, distintas fuentes sumaban 30.000 personas. El último discurso en el cruce de peatonales fue el de Alberto Botto, de Luz y Fuerza. “Antes el problema era el impuesto a las ganancias y ahora es el hambre, y ese es nuestro límite”, afirmó el dirigente y lanzó un reclamo concreto: “Hay muchos legisladores presentes, que están con el pueblo y que seguramente van a hacer honor al contrato social que significa el voto, no convalidando el presupuesto del año 2019 que trae aparejado un enorme ajuste. Esa es la batalla en esta semana”.

Entre los manifestantes, el diputado nacional del Frente para la Victoria Agustín Rossi, así como las diputadas del PJ Alejandra Rodenas y del movimiento Evita, Lucila de Ponti, asentían las palabras de Botto. La locutora del acto subrayó una y otra vez la presencia de “20.000 personas”, y las fotos aéreas de la movilización atestiguaban que hubo cuadras y cuadras de manifestantes en columnas compactas. Para el secretario general del Sindicato de Prensa de Rosario, Edgardo Carmona, el acto fue “impresionante” y aseguró que “el único camino es la unidad, la resistencia y la lucha inclaudicable”.

Por San Martín no cabía un alfiler, las columnas sindicales, de movimientos sociales, la Federación de Estudiantes Secundarios, organizaciones feministas, colegios profesionales, ocupaban la calle por varias cuadras, doblando por San Luis. Pecheras, pancartas y hasta paraguas de Sutracovi (Peajes): cada organización llevó sus signos distintivos. Había gente suelta, jóvenes que habían llegado con sus bicicletas, familias con niños pequeños. En el palco, hubo una mayoría de dirigentes varones y algunas pocas mujeres como Sonia Alesso de Amsafé, Ctera y CTA, o Rita Colli, del SACRA.

La lista de oradores fue larga, y era casi imposible escuchar los discursos más allá de Rioja y San Martín, aunque las columnas seguían por varias cuadras. Sin embargo, las y los manifestantes quedaron hasta el final. “En la calle vamos a dirimir este modelo económico y social, que lo único que trajo fue desocupación, pobreza, destrucción de la industria nacional y hambre”, dijo Rivolta, que habló después de Paulo Juncos, de la CTA de los Trabajadores. “Por eso debemos exigir a las conducciones nacionales del movimiento obrero organizado, que hoy sea una punto de inflexión, que hoy comience un gran plan nacional de lucha que tenga continuidad en el tiempo para que de una vez por todas este gobierno tumbe su plan económico, porque está claro que las elecciones están lejos, muy lejos. Para los trabajadores, para los jubilados, para los que hoy están padeciendo hambre, la solución tiene que ser inmediata, porque acá está demostrado compañeros, acá no afloja nadie, acá no se rinde nadie, acá seguimos en la calle para que definitivamente en nuestra patria haya paz, pan y trabajo”, dijo el dirigente bancario.

Hubo gran asistencia de concejales al acto. Roberto Sukerman y Norma López, del Frente para la Victoria; Caren Tepp, Pedro Salinas, Juan Monteverde y Eduardo Trasante, de Ciudad Futura; Eduardo Toniolli del Movimiento Evita, fueron algunos de los que estuvieron en el cruce de peatonales, entre las banderas del Sindicato de Cadetes, el Químico Papelero de Capitán Bermúdez, el sindicato de Correos, entre otros.

Sin errores

Carmona, del Sindicato de Prensa, consideró “impresionante” el volumen de la marcha. “Tenemos enfrente un gobierno exitoso. No hay error. Tenemos enfrente un gobierno con el mejor equipo de los últimos 50 años, que viene cumpliendo con exactitud, fiereza y rapidez los mandatos de sus patrones”, expresó el dirigente de prensa sobre las políticas del gobierno nacional. “No hay error, no hay tormenta, no hay crisis financiera, lo que hay es un robo monumental que condena al hambre a nuestros pueblo, cierra nuestras escuelas, nos quita la salud pública, nos prohíbe seguir teniendo jubilaciones dignas, embarga la vida de nuestros niños, no hay error, hay un achicamiento del estado abandonando definitivamente a los que sufren. Ningún error. A macrilandia para poder consolidarse le falta una sola cosa, una única cosa, a Macri lo único que le falta es venir por ustedes, es ponerlos de rodillas y hacer que abandonen la dignidad”, planteó Carmona frente a la multitud. Por eso mismo, apeló a la historia: “Este pueblo tiene como fortaleza fundamental sus ideales pero también tiene la historia, es un pueblo que sabe de políticas públicas, es un pueblo que sabe de justicia social, es un pueblo que sabe de organización, es un pueblo que sabe de luchas”.

Fue Walter Palombi, del Sindicato de Correos, quien se opuso al discurso de la antipolítica. “Lo que tenemos que hacer es enfrentar (al gobierno), estar en la calle permanentemente, es parar, es movilizarse, hacer todo lo que tengamos que hacer para derrotar este modelo. Pero hay algo que no podemos hacer, y es prestarnos al juego de ellos. Tenemos que estar muy tranquilos en esta pelea, acá de ninguno de nosotros se va a escuchar el que se vayan todos, de esto se sale con más política, con más participación y todos juntos. Se los puede derrotar y los vamos a derrotar”, afirmó.

Por su parte, el dirigente del Sindicato Argentino de Docentes Particulares, Martín Lucero, planteó que “este pueblo de trabajadoras y trabajadores le viene a decir al gobierno nacional Pará la mano Macri. Basta de ajuste, con una inflación del 4, del 5 por ciento por mes no hay sueldo que aguante. Con este modelo económico se están cerrando fábricas, se están cerrando comercios, están echando gente del estado, quieren privatizar las pocas empresas públicas que quedan, y lo quieren hacer por un solo motivo: no por la gente sino para seguir llenándose los bolsillos ellos, sus amigos y todos los miembros de la patria financiera”. Lucero apeló a que “las trabajadores, los trabajadores, las y los integrantes de los movimientos sociales, los pequeños y medianos empresarios, las compañeras del movimiento feminista, la gente, son quienes pueden transformar esta realidad y nuevamente Rosario está dando una muestra de dignidad, Rosario está dando una muestra de orgullo, Rosario está diciendo a toda la Argentina que el camino es en la calle, el camino es en la lucha”.

Llamado a la unidad

La única oradora mujer fue la secretaria general de Amsafé y Ctera, Sonia Alesso, también dirigente de la CTA, quien subrayó la unidad del movimiento obrero en Rosario y en toda la provincia. “Hay en esta provincia cuatro actos organizados por el movimiento obrero santafesino, en Rosario, en Santa Fe, en Gálvez y en Reconquista. Esta unidad vino en la provincia de Santa Fe para quedarse, para decir no al ajuste, no a los despidos, no al hambre y no a la miseria”, expresó Alesso, quien subrayó la importancia de la unidad popular. “Quieren que nos separemos, que marchemos cada uno por nuestro lado, no quieren que las maestras que están acá, que los profesores que están acá, se junten con los estudiantes, con los universitarios, con los movimientos sociales, pregúntense por qué amenazan a una maestra después de estar reclamando por el estado de los edificios escolares, después de la muerte de Rubén y de Sandra. ¿Saben por qué? Porque estaban ahí con el barrio, con los sindicatos de Moreno, peleando para que los pibes coman. No quieren ese abrazo, esa ternura a los pibes de los movimientos sociales, de los sectores populares a los que hoy se les está negando la comida y se les está negando la escuela. Les preocupa la unidad del sindicalismo, les preocupa la unidad del movimiento obrero”, consideró la dirigente.

En el cierre, Botto ratificó que el camino es la resistencia pacífica. “Nos tratan de violentos. Violencia es el hambre, violencia es descalificar a ministerios históricos reduciéndolos a secretarias de estado como trabajo, salud y educación, eso no lo hicieron ni los milicos y lo están haciendo estos tipos. Se terminó, hasta acá es nuestro límite. Juntos, unidos, organizados, sigamos en la calle, este es el camino”, apuntó Botto.

Dos concentraciones

El acto conjunto de CTA, MSR y distintas organizaciones sociales fue el más multitudinario. Antes hubo una concentración, también masiva, de Unidad de Acción Sindical (UAS), donde participaron la Asociación Empleados de Comercio (AEC), Sindicato de Municipales, UPCN, la Unión Obrera Metalúrgica, Smata, Sanidad y Telefónicos, entre otros gremios. “A volver, a volver, vamos a volver” fue uno de los cánticos que se escuchó en el acto que esos gremios hicieron en la Plaza Pringles, donde también se escuchó el clásico “Mauricio Macri la puta que te parió”. En la Pringles se leyó un documento consensuado. Uno de los dirigentes que participó de esa protesta, el secretario general de la UOM Antonio Donello, ponderó la convocatoria. “El balance fue positivo pero estamos muy tristes por las medidas que lleva adelante el gobierno en contra de los trabajadores. Este es el cuarto paro que se le hace y esperamos que escuche esta vez los reclamos”, dijo Donello mientras Antonio Ratner, de Municipales, afirmó: “Este paro se vive con mucha bronca de los trabajadores, por los despidos, el acuerdo con el FMI, por la falta de recursos y achicamiento del Estado. Por eso estamos hoy acá, reclamando y manifestándonos contra todas las medidas que está tomando el gobierno nacional”.

Antes de ese acto, la Asociación Empleados de Comercio había realizado un recorrido por los shoppings y otros grandes centros comerciales que limitaron el derecho a huelga de sus trabajadores.

El acto de la Pringles terminó un rato antes que el de Córdoba y San Martín. “La movilización de hoy y de ayer en Rosario fue impresionante, la más masiva del último año y esto tiene que ver directamente con la situación de pobreza y de hambre en la Argentina. Cre que si el gobierno no escucha lo que está pasando, está equivocando el camino y llevando a nuestro pueblo a una situación de conflicto y de estallido que va a ser cada vez más peligrosa”, consideró la diputada De Ponti cuando en el palco del cruce de las peatonales sólo quedaban resto de humo de colores y música que salía de los altoparlantes.

Apenas terminó el acto, lo que sonó fue la marcha peronista, en un momento catártico que aunó en sonrisas festivas a casi todos los y las dirigentes que estaban en el palco. Abajo también se vivió a puro bombo. Después, sólo el hit MMLPQTP. Aunque el ajuste sea imparable, pese a la etapa superior de las relaciones carnales de los 90, con el amor romántico que pide el presidente hacia Christine Lagarde y el Fondo Monetario Internacional, el final de la protesta tuvo el clima festivo propio de la resistencia colectiva. “Me acaloré cantando la marchita y saltando”, le dijo Carmen Lucero, testigo y víctima de la causa Feced que juzga delitos de lesa humanidad en la ciudad, a una compañera que se acercó a saludarla. Una vez más, el paro activo de Rosario aunó luchas antiguas y nuevas.