Quedó claro que los motivos del viaje de Mauricio Macri a Nueva York estuvieron centrados en la agenda económica. Su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas fue un trámite: anunció que denunciará a Venezuela en la Corte de La Haya, reinvindicó los derechos humanos por Malvinas y reclamó a Irán por la AMIA. En este punto introdujo una novedad, le pidió a los países “amigos” que no reciban más a los iraníes con pedido de captura por el ataque. Fueron apenas 11 minutos, con el trasfondo de un día de paro general y renuncia del presidente del Banco Central en Argentina. Luego, Macri tuvo un contacto con la presa junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y emprendió el regreso al país.

A Macri, en general, no le gusta dar discursos. Menos aún si se trata de política internacional, ámbito en el que sólo maneja unos pocos ítems en los que suele repetirse. El más notorio es el caso de Venezuela: la oposición al gobierno de Nicolás Maduro han sido el rasgo más distintivo de su prédica exterior, en paralelo con su alineamiento con Estados Unidos. “Quiero expresar una vez más nuestra preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Y dada su gravedad, la Argentina llevará ante la Corte Penal Internacional la situación relativa a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura venezolana. Hago un llamado a Venezuela para que reconozca la crisis humanitaria”, reclamó Macri en la ONU. La presentación la haría junto a otros gobiernos de la región que vienen ejerciendo un activismo internacional contra Maduro como Colombia, Perú y Chile, todos con gobiernos de centroderecha. Macri contó que la Argentina ya había recibido a 130 mil venezolanos. Para ser un mensaje tan corto, Venezuela ocupó un buen espacio.

“He notado desesperación en las intervenciones de los gobiernos oligarcas en la ONU contra Venezuela. El Imperio nos señala porque sabe que vamos por el camino socialista de la Recuperación Económica y nadie nos detendrá en nuestro empeño de alcanzar la auto sustentabilidad”, respondió a la distancia Nicolás Maduro. Hizo un acto en Caracas en el que le dio la nacionalidad venezolana a migrantes de otros países.

Macri habló de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. “Nuestro país no cesará en su objetivo que es lograr que todas las personas involucradas en los ataques se presenten en tribunales argentinos, sean interrogados y eventualmente condenados”, indicó. Recordó que el año que viene se cumplirán 25 años del ataque a la mutual judía y le reclamó a Irán cooperación con la Justicia. Allí añadió el pedido a demás países para no le otorguen inmunidad diplomática a los imputados. Por otro lado, recordó a los cinco amigos argentinos asesinados en un atentado en Nueva York en octubre del año pasado por un terrorista solitario. 

“La Argentina mantiene una visión estratégica hacia el Atlántico Sur”, comentó, para luego expresar que “quiero afirmar una vez más los legítimos e imprescriptibles derechos soberanos de la Argentina sobre las Islas Malvinas”. Pero inmediatamente, casi como pidiendo disculpas, añadió que “quiero reafirmar también el compromiso de mi gobierno con esta nueva fase en la relación con el Reino Unido basada en la construcción de confianza mutua y en el diálogo amplio y positivo”.

También hizo una encendida defensa del multilateralismo en un mundo cada vez más cerrado. Sin ir más lejos, unas horas antes, en el mismo escenario, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó la globalización y dijo que defendía “el patriotismo”, destacando la política de enfrentamiento comercial que lleva adelante con China. “Estamos presidiendo el G20 con un espíritu de unidad y búsqueda permanente de consensos. Los resultados que se están logran invitan al entusiasmo”, dijo, sin ironía. Las perspectivas para el comercio internacional nunca fueron tan sombrías en las vísperas de la futura cumbre del G20 que le tocará presidir a fin de noviembre. “Va a demostrar una vez más su vigencia y relevancia”, se esperanzó.

A Macri le tocó hablar después del presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez. La Asamblea lucía bastante raleada a su turno. Desde el sector correspondiente a la delegación argentina siguieron sus palabras Dujovne y el senador Esteban Bullrich. Con un viaje marcado por la crisis económica y la prosecución de las negociaciones por un nuevo acuerdo con el FMI –antes del mensaje se encontró en una de las oficinas de la ONU dedicadas a los meetings con Christine Lagarde–, el Presidente hizo un sobrevuelo sobre la complicada situación de su gestión.  

“Nuestro país transita un período de cambios profundos, y decidimos atravesarlo con la humildad para aceptar las dificultades y con la convicción de hacer los esfuerzos correctos”, sostuvo Macri en el mensaje. En el único tramo dedicado el país sostuvo: “Sé que el esfuerzo es grande y quiero agradecerle a cada argentino por eso. Sabíamos que no sería fácil porque estamos cambiando sin tomar atajos y sin comprometer el futuro”.

El acting contra Venezuela continuará hoy pero ya a nivel cancilleres. Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Perú prevén firmar una carta dirigida a la Corte Penal Internacional de La Haya para pedirle que investigue a la administración de Maduro: la solicitud se apoya en dos informes elaborados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y la OEA. El canciller Jorge Faurie participó de una reunión convocada por Colombia sobre la migración de ciudadanos venezolanos, con el objetivo de anunciar medidas de “respuesta coordinada”.