La selección polaca del vóleibol se consagró ayer por segundo mundial consecutivo como campeona, al vencer por un contundente 3-0 a Brasil en la final disputada en Turín. Con parciales 28-26, 25-20 y 25-23, Polonia dominó el partido y repitió así el título que había conseguido como local en el Mundial de 2014, cuando también venció a los sudamericanos en la definición. Además sumó su tercera estrella, las mismas que tienen Brasil e Italia, tras haber ganado el título en México 1974.

En el partido por el tercer puesto, Estados Unidos se impuso por 3-1 a Serbia con parciales 23-25, 25-17, 32-30 y 25-19, y se subió a un podio mundialista por primera vez desde 1994.

Polonia llegaba con un 3-2 a cuestas en la semifinal, mientras que Brasil había dejado atrás a Serbia con facilidad, pero no hubo referencia alguna de aquellos resultados: los polacos, desde el inicio, le marcaron el territorio a los campeones olímpicos, activos en bloqueo y defensa en un primer set que resultó el más parejo de todos y, a la vez, la piedra fundamental del triunfo.

Más allá de lo colectivo, hubo un valor individual determinante para la defensa exitosa de Polonia: Bartosz Kurek. El opuesto, que ya había estado incontenible en la semifinal, marcó 24 puntos en un 3-0, un promedio de ocho por set y casi un parcial entero él solo. Tenía que ser, en el final de ensueño para Polonia, el que martillara el tanto definitivo luego de un último intento de Brasil, desde el saque de Eder y el orgullo de Evandro.

Argentina, si bien quedó en el puesto 15 de la clasificación, estuvo presente en el partido por el oro a través de Hernán Casamiquela, el árbitro platense que ofició de segundo juez del encuentro. 

En el partido previo se vio a un Estados Unidos que hizo todo en mayor medida que Serbia: erró más (35 puntos entregados por esa vía), pero además dominó la sumatoria de puntos desde el saque, el bloqueo y la ofensiva.

Los estadounidenses encauzaron así un partido que empezó adverso, con Serbia en ventaja. Tanto encaminaron la cosa que hasta sacaron de la cancha al temible Atanasijevic, que en tres sets como titular sumó tan sólo en siete ocasiones y terminó reemplazado por Drazen Luburic, goleador serbio con 12 tantos. Del otro lado, en cambio, el opuesto fue letal: Matt Anderson convirtió 29 puntos, principalmente desde el ataque y el saque.